Palabras inútiles

Ernesto Rueda Suárez

Muchas celebridades parecen gozar de “Estado de opinión”, y pasar por encima de las obligaciones y derechos que todos los demás mortales debemos cumplir. En algunos países lo logran, como Colombia o Brasil. En general en donde predominan los regímenes populistas autoritarios y corruptos.

España nos da ejemplo de que la ley es para todos, desde la Corona hasta el más simple ciudadano, político, artista o semidiós del deporte. No sé si a los Messi los hubieran juzgado en Argentina o a Neymar en Brasil o a Shakira en Colombia. Es posible que el “heroísmo” suba como la espuma en la medida en que los límites legales son traspasados o burlados.

Pasa sobre todo con los caudillos, mientras son caudillos, o eso al menos esperamos, así de por medio ocurran grandes tragedias, como pasó con la Guerra Civil española, resultado de un golpe de Estado y de 40 años de sangrienta y cruel dictadura.

Hoy día los historiadores dudan si el “Generalísimo” haya sido Jefe de Estado, y la memoria histórica ha ido reduciendo su talla, al punto de que muy pronto sus restos irán a un cementerio común. El Estado de opinión de Franco ni siquiera necesitó de plebiscitos, referéndums o encuestas. Franco al menos fue sincero, lo suyo era una dictadura pura y dura; ni más ni menos que bajo la sombra de Carl Schmitt, y tal vez de Donoso Cortés y su “dictadura del sable”, muy apreciada por Schmitt.

El superjuez Moro –ahora ministro de Justicia-, campeón de la anticorrupción en Brasil está en entredicho por sus actuaciones “non sanctas” e ilegales, fundamentales para el triunfo de Messias Bolsonaro. ¿Permitirá su caída el “antipresidente” -como llaman a Bolsonaro- del Estado de opinión brasileño? Es tanto como si Maduro juzgara a Diosdado o al general Padrino después de la tibia visita de la Comisionada Bachelet a Caracas.

Post scriptum. ¿Qué opinará de nosotros la inteligencia diplomática europea después de la visita del joven Duque? “The Economist” ya lo dijo.

eruedas41@gmail.com

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