Lo que ocurrió esta semana con la primera delegación de víctimas que estuvo en La Habana, con la instalación de la comisión histórica del conflicto y con la subcomisión que discutirá el cese al fuego con las FARC es una clara muestra del ruido y los torpedos que algunos sectores siguen lanzando sobre las conversaciones de paz.

No son casos aislados. Están fríamente calculados, cuando las conversaciones de paz entran en una etapa decisiva, que podría poner fin al conflicto interno armado que hemos vivido durante los más recientes 50 años.

Primero la emprendieron contra Ángela María Giraldo, hermana de uno de los 11 diputados de Valle del Cauca que fueron asesinados por las FARC en 2007, luego de estar secuestrados por cinco años.

La representante a la Cámara María Fernanda Cabal, del Centro Democrático del senador Álvaro Uribe, puso en duda la condición de víctima de Giraldo, cuando entrecomilló la palabra en un trino que publicó en Twitter. Además, preguntó con sorna si Ángela María no estaría sufriendo del Síndrome de Estocolmo, por la simpatía con la que saludaba en una foto a su interlocutor en La Habana. Pero resulta que el hombre de la foto no era un guerrillero de las Farc, sino un delegado del Gobierno.

Cuando supo que la habían denunciado penalmente por el trino, la representante Cabal, esposa del presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegan, José Felix Lafaurie, salió en defensa de la libertad de opinión. Y luego, en una sesión del Congreso, le hizo el coro el senador José Obdulio Gaviria, uno de los ideólogos de cabecera de Uribe, cuando preguntó si lo que iba a decir podría ser usado en su contra por la Fiscalía.

La señora Giraldo no fue la única agraviada. También lo fue Janeth Bautista, hermana de Nidya Erika Bautista, quien fue secuestrada, desaparecida y asesinada por la inteligencia militar en 1987.

El periodista Herbin Hoyos, quien dirige un escuchado programa radial con víctimas del secuestro, publicó un tuit diciendo que Nidya Erika era una guerrillera (lo cual es cierto), como si eso borrara el crimen que cometieron con ella y le quitara su condición de víctima a su hermana. Lo que dicen es que Hoyos se muere de las ganas de ir a Cuba como representante de las víctimas.

Luego, cuando se instaló en La Habana la Comisión Histórica del Conflicto y fueron anunciados los 12 expertos que harán parte de la misma, la arremetida en Twitter fue por cuenta de Juan Carlos Pastrana, hermano del expresidente Andrés Pastrana.

Primero dijo, entre chiste y chanza, que era una comisión de “liberales y mamertos”. Cuando le respondí por la misma vía que en esa comisión, que él desprecia, hay gente muy respetable, Pastrana volvió a insistir en su argumento inicial. Opté por no seguir la conversación en la red social.

Horas después, el jefe de la delegación del Gobierno, Humberto De la Calle, defendió las calidades de los 12 expertos, y explicó claramente que ese grupo no será la Comisión de la Verdad que se creará una vez se firme el acuerdo de paz. Simplemente, dijo, producirá documentos que servirán como insumos para la mesa de conversaciones.

La declaración de De la Calle, que se produjo el viernes, ocurrió después de que el jefe de la representante Cabal, el senador Uribe, acusó al Gobierno de estar violando la norma que prohíbe a los militares activos ser deliberantes y luego de saberse que unos militares en retiro interpusieron una tutela, porque también quieren ir a La Habana. Si esa acción llegase a prosperar, el país corre el riesgo de que los diálogos se conviertan en un espectáculo que tenga que desarrollarse en un estadio de fútbol.

De la Calle aprovechó su declaración para desbaratar otra mentira que estaban armando ciertos sectores. Y dijo que el cese al fuego definitivo que se está discutiendo con las Farc entrará a regir una vez se firme el acuerdo final, no ahora.

Ojalá esas precisiones ayudaran a menguar los daños que los enemigos de la paz están empeñados en hacer. Y ojalá que el ruido y los torpedos no destruyan el trabajo que con tanto empeño se viene haciendo por salir de este túnel oscuro de la violencia.