El presidente-fundador y sus seguidores

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Luego de ver la representación que hizo el presidente-fundador del Centro Democrático en el Senado, cuando habló sobre los señalamientos que le hizo Iván Cepeda durante el debate sobre paramilitarismo, me quedaron en claro varias cosas: que Álvaro Uribe es un gran actor, que es un excelente comunicador y que suele contestar lo que no le preguntan, porque lo importante es robarse el show y captar la atención de los espectadores y los televidentes.

Oí con detenimiento toda la intervención del presidente-fundador y confieso que perdí la cuenta de la cantidad de veces que él dijo en todos los tonos -mientras levantaba sus cejas, miraba al infinito, señalaba con el índice de una mano y se cuadraba las gafas con la otra- que él es un hombre honesto, honorable, decente y austero. Un hombre ejemplar, que no ha cometido errores en la vida y que es víctima de un “linchamiento moral”.

También perdí la cuenta de las veces que el senador Uribe utilizó las mismas palabras para ensalzar a su fallecido papá y a su cuestionado hermano Santiago, cuyo proceso por supuestos vínculos con el paramilitarismo parece estar engavetado en la Fiscalía General de la Nación.

Debo confesar que me llama mucho la atención que el presidente-fundador siempre utilice la misma táctica -la de la autosantificación de él y los suyos- para defenderse de cualquier cuestionamiento o pregunta incómoda, bien sea de cuando fue director de la Aeronáutica, alcalde de Medellín, senador, gobernador, presidente de la República y ahora -de nuevo- congresista.

Esa táctica me produce cierto escozor porque, como catedrático de ética, he aprendido que es muy sospechoso que una persona ande por ahí repitiendo, una y otra vez, que es honesta, honorable y decente. Eso me fastidia.

Sinceramente, creo que valoraciones como la honestidad, la honorabilidad, la decencia y el respeto se ganan y son más genuinas cuando salen de la boca de de otros, no de la misma persona.

También me quedó claro que hay un grave problema con el presidente-fundador del Centro Democrático, cuando da tratamiento de enemigos a sus adversarios políticos y difunde la idea de que sólo él tiene la razón.

Eso me preocupa de cara a lo que se viene en Colombia en materia de posconflicto, cuando -ojalá- se firme un acuerdo con las Farc. Será muy difícil aclimatar la paz y evitar que el conflicto armado resurja en esta tierra tan ensangrentada mientras el presidente-fundador del Centro Democrático y sus millones de seguidores y votantes se sigan atravesando de esa manera.

Credito
HERNANDO SALAZAR PALACIO

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