Más vías

Nelson Germán Sánchez

Ya no es una simple percepción. Ibagué está colapsando a pasos agigantados en su movilidad. Se calcula que unos 155 mil vehículos puedan estar matriculados, cifra que podría representar el número de vehículos que circulan por la ciudad a diario. Sin tener en cuenta los que van de paso, los que llegan durante el día y los que tienen placas de otras ciudades y sin embargo circulan aquí.

A ello hay que sumar la cantidad aún no calculada de carros, pueden ser de mil a dos mil, de los que llegan los fines de semana o puentes festivos de lugares como la capital del país, sumiendo a la ciudad en un embotellamiento mayor. Con 549 mil habitantes, y aproximadamente 2.400.000 metros cuadrados de calles, ya es hora de tomarnos en serio y sin más dilaciones los grandes proyectos de renovación vial que conecten e interconecten la ciudad desde el centro a su periferia.

La información que se tiene de las autoridades de tránsito es que desde hace por lo menos un lustro, el número de motos y vehículos viene creciendo de forma exponencial en la capital del Tolima, lo que ayuda a colapsar mucho más el desplazamientos vial.

No necesitamos expertos, con doctorado y posdoctorado, con excontratistas traídos de Bogotá para hacer un diagnóstico, una actualización de estudios o construir un escenario sobre las necesidades viales. Así que ahorremos esa platica y dejemos tanta habladera barata sobre el tema.

Cualquier residente de esta ciudad que quiera llegar a su lugar de habitación un viernes en la noche o salir de allí un sábado después de las 8 de la mañana, si su casa o apartamento queda después de la avenida Pedro Tafur, tendrá que soportar un trancón no menor a 25 minutos desde la glorieta de Mirolindo hacia el Éxito, por el embotellamiento causado por los vehículos que llegan de Bogotá y de otras partes del país.

Tampoco se necesita una bola de cristal para saber que la avenida Guabinal desde la calle 69 hasta la calle 60 es un enorme taco, a diario, en especial en las mañanas y al mediodía. No hablemos de lo que acontece desde la carrera Sexta con calle 42 hasta la avenida Ferrocarril, o ahí cerca, en la carrera Quinta con la glorieta de la calle 44. Sin palabras frente al absurdo taponamiento vial de la avenida Ambalá desde la glorieta de la calle 69 hasta la calle 37, ni que decir del que se forma en la carrera Quinta desde la calle 25 hasta la calle 15 o 11 para llegar al centro de Ibagué.

Hasta en los barrios ya se están viendo trancones en las avenidas internas, porque la ciudad ya no aguanta más contención vial. Se necesitan construir vías. Y no vayamos a caer en la discusión absurda de vehículo vs. peatón o bicicleta, porque ya es más que obvio que al construir vías vehiculares deben ir inmersas las ciclorrutas y el acondicionamiento y ensanchamiento de andenes.

Necesitamos rápido la circunvalar desde Calambeo, pasando por los barrios Ambalá, Gaviota y llegando a El Salado, la conexión de la paralela al Hato de la Virgen, que pasa cerca a Makro, y puentes elevados o deprimidos en algunos puntos.

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