‘Memoria de las canciones’

Nelson Germán Sánchez

No cabe duda de que en nuestro precario sistema educativo hay buenos proyectos. Muestra de ello es el libro ‘Memoria de las canciones’, de la institución Santa Teresa de Jesús, que correspondió al proyecto de aula de los grados Noveno A, Noveno B, Noveno C y Décimo A y Décimo B, que se desarrolló este año y pude conocer de cerca.

Acercamientos a la crónica, el cuento o el relato produjeron las jovencitas a partir de canciones colombianas, en lo que el profesor que dirigió todo esta iniciativa, Nelson Germán Pulido, llamó la recopilación textual de las alumnas para que lograran crear una urdimbre entre música y literatura en el aula.

Son jovencitas que no sobrepasan los 16 años de vida y ya tienen un estímulo para seguir escribiendo, son coautoras de un libro y aportaron su grano de arena en el vasto mundo editorial, qué bien por ellas. Son 40 textos que compilan igual número de historias cargadas de imaginación y verosimilitud, que vale la pena leer para entender cómo nuestros jóvenes ven el mundo de su mundo, el de hoy, pero también el que ya pasó y el que aún no les llega.

Títulos tan sugestivos, tan simples o dicentes como ‘carcamal, palpitaciones de un corazón en luto, capataz de la melancolía, alfondoque de un dulce guerrero, la reunión de las cotorras o billete sin valor’ se plasman en las 118 páginas que contiene el libro.

El hecho de que escritores de la talla de Benhur Sánchez Suárez, Libardo Vargas Celemín y Ancízar Castaño integraran el jurado y leyeran con detenimiento esos textos, hicieran sus observaciones y escogieran los que consideraron los mejores para ser publicados, da impronta de calidad a estos trabajos escolares.

Estoy seguro de que si nos detuviéramos con calma a esculcar lo que se está produciendo en nuestros colegios, encontraríamos en distintas áreas más casos destacados como éstos, que son para resaltar y dar a conocer a la sociedad. Así se transforma de verdad una sociedad, se forman ciudadanos distintos, se profundiza en lo académico y se crea cultura. Aplausos y más aplausos para las niñas, las directivas del colegio y los profesores que participaron.

‘Memoria de las canciones’ demuestra que no todo lo que conocemos de las instituciones educativas oficiales de Ibagué pueden ser exigencias, paros, que hace falta el celador, que no existen aseadoras, que falta plata para infraestructura, laboratorios, aulas o para el refrigerio escolar, o que el Alcalde no ha nombrado docentes en ciertas áreas a mitad de año.

A propósito del Alcalde, flaco favor hace a la ciudad un mandatario tirando acusaciones para todos los lados, creando distractores y cortinas de humo para tratar de defenderse de señalamientos, exigencias de claridad en los procesos de contratación con los dineros públicos. Primero, porque la plata del erario es de todos nosotros y no de él. Segundo, porque si quisiera, goza de todo el tiempo y el espacio para desvirtuar punto por punto, coma por coma, cifra por cifra, fórmula por fórmula, los señalamientos que hasta la Secretaría de Transparencia de la Presidencia ha hecho sobre la licitación por 27 mil millones de pesos en el Ibal sobre la que se han hecho muchos reparos, a más de otras acciones contractuales municipales llevadas a cabo en estos dos años de mandato.

No es culpa ni de éste o ningún otro medio de comunicación ni de los periodistas, los múltiples reparos y advertencias legales y técnicas surgidas a ese contrato multimillonario que pretende dar, solo cumplen con su función social y legal de pedir explicaciones en salvaguarda de los bienes y el interés público. Recordamos los ibaguereños los nefastos hechos y las pérdidas millonarias sufridas por el robo en la “construcción” de los escenarios de los Juegos Nacionales, en que el Alcalde y burócratas de turno tomaron las decisiones enceguecidos por el ego -y otras cositas-, y ya sabemos la situación inmunda que nos dejaron. Diciembre es época de reflexión, así que reflexione, piense, cálmese y explique los detalles de esa y otras actuaciones controvertidas, señor Alcalde. ¿Por qué? Porque al perro no lo capan dos veces y el que nada debe nada teme.

–GERSAN-

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