¡No más “Pijaofagia”! Voto tolimense

Nelson Germán Sánchez

Porque ahora sí estamos entrando de manera real al país del posacuerdo o posconflicto, estamos en el punto de avanzar o de retroceder a las épocas más cruentas del conflicto interno con las Farc, por ejemplo, por obra delos otros actores ilegales armados y las fuerzas cancerígenas de la derecha, creo que ningún tolimense puede perder de vista que las próximas elecciones al Congreso son cruciales.

El departamento no puede seguir invisibilizándose en la esfera nacional, por fuera del poder nacional, como convidado de piedra o idiota útil de intereses foráneos. Hay que reivindicar en un ejercicio de civilidad y cultura ciudadana, la importancia de que los tolimenses votemos tolimense, iniciativa que desde este y otros medios se viene contando.

Es necesario tomar partido por el Tolima, cerrar filas a eso que podríamos denominar la “pijaofagia” si el término existiera en la etimología, la filología y la lingüística histórica, pero que pretendo utilizar para denominar esa mala práctica –exacerbada por algunos- de acabarnos a nosotros mismos en época política electoral. Es necesario respaldar con nuestros votos a los candidatos que por esta tierrita se presentan.

Sería muy triste, pero además catastrófico, que hoy fuera lunes 12 de marzo de 2018 y volviéramos a titulares como los del año 2014: “El Tolima fue uno de los grandes derrotados en las elecciones del domingo. El Tolima, ¿con muchos votos pero sin senadores?”.

Claro que eso no es nuevo, por ejemplo, en 1998 El Tiempo reseñaba que “los votantes tolimenses se han visto sorprendidos y en muchos engañados por cazadores de votos que desde las regiones más remotas de Colombia se acercan al Tolima –solo en época electoral- para conquistar unos votos y luego, como por arte de magia, desaparecen hasta la elección siguiente”.

Por tanto, es hora de cambiar esa conducta política en un momento vital de la historia nacional. Requerimos senadores tolimenses para tener representatividad y peso ante el próximo Gobierno nacional, pelear por obras de impacto regional y nacional. Es cierto, que tenemos candidatos sin carisma ni “feeling” de enganche, pero es mejor asegurarles la curul a ellos que a los carismáticos y charlatanes que tienen y tendrán sus propios intereses muy lejos del Tolima como ya se ha visto. Con todo respeto, por ejemplo, Uribe ya no necesita los votos del Tolima, sino para montón, y así poder meter otros ocho o nueve escaños al Senado de Antioquia o la costa.

El 14 de diciembre de 2017 EL NUEVO DÍA lo dijo bien: “Así las cosas, más allá de los nombres nada está inscrito, y lo importante aquí es salir a votar masivamente y a conciencia y ojalá dándole la oportunidad a los de aquí, porque son ellos quienes están llamados a generar resultados”.

Ahí están Miguel Barreto, Carlos Osorio, Olga B, García, incluso Arango. En lo personal prefiero un senador que hable poco y haga mucho, que no sean locuaz ni beligerante, pero sí estudioso, inteligente y camellador. De poca risita pero cercano y que escuche a la gente. Que no se la pase hablando mal del contendor, sino presentando proyectos y proponiendo iniciativas. Tolimense vota tolimense. Es tiempo de erguirnos en el Senado. Ese es el reto.

–Gersán-

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