El reto Barreto

Nelson Germán Sánchez

El hecho de que tengamos un solo senador por el departamento nos tiene que preocupar pero a la vez alegrar. Hubiera sido peor quedarnos sin ninguno que nos sirviera de vocero en la llamada Cámara Alta colombiana.

Ya sabemos que por múltiples razones los otros aspirantes a Senado no llegaron dada la traición de algunos grupos políticos como le paso a la aspirante liberal, Olga Beatriz González, o que los tolimenses se sintieran más cómodamente representados en el propio Uribe que en sus buenos muchachos de estas tierras.

Pero tener a Miguel Barreto como senador, con una nada despreciable votación de casi 80 mil sufragios, debe significarnos algo bueno. Por eso hay que pedirle públicamente que sepa aprovechar su experiencia en estos cuatro años como representante a la Cámara y la que tuvo con el difunto senador Laserna como coordinador de su UTl, que le sirvan para saber exactamente “donde ponen las garzas en el poder”, como diría el expresidente Darío Echandía.

Que se convierta en esa voz altisonante en el Senado, pero que sepa llegar a las alianzas necesarias que aseguren recursos y proyectos para la región, así como que adquiera tanto peso y reconocimiento que su gestión ante el Gobierno nacional para que el beneficio de nuestra región sea contundente.

Más allá, por supuesto, de todos aquellos temas de ley que son transcendentales para nuestro país los cuales pasarán por el Congreso, ahora que realmente entramos de lleno en la fase del posconflicto o posacuerdo con las Farc y que si nos descuidamos puede terminar en un exterminio de sus militantes o en retorno al monte de miles de sus miembros recrudeciendo la ferocidad del conflicto en algunas zonas, e incluso, generando una radicalización mayor entre sectores cuando cierto tipo de temas dolorosos e indignantes de nuestro conflicto interno salgan a la luz en la Justicia Especial de Paz, de los cuales nuestra sociedad no quiere acordarse o algunos quisieran no hubiera memoria. Ahí se necesitarán de voces en el Senado que no se presten a los juegos de los unos y los otros, manteniendo la mesura como regla incólume. Eso espera el Tolima de usted senador Barreto y no continuar con la línea conservadora tradicional de acomodarse arrodillado al poder, para recibir las migajas.

Amén de lo que se tendrá que discutir los próximos cuatro años sobre medidas regulatorias y normativas buscando reactivar ciertos sectores de la economía o jalonar el crecimiento del producto interno bruto nacional que nos beneficie a todos. Así como de las relaciones cada vez más complicadas con vecinos como Venezuela, Brasil, Perú o Panamá cuyas situaciones internas nos van a golpear cada día con más fuerza.

El primer año del próximo Gobierno requerirá de un Senado analítico, pensante y maduro en sus decisiones y esperamos que Miguel Barreto no sea inferior a esos retos, pues sea un ejecutivo de derecha o de izquierda el que llegue a la Casa de Nariño, tendrá la tentación de actuar al estilo de tierra arrasada con lo hecho hasta ahora en cuanto a estructura del estado, acuerdos de paz, modelo económico y hasta función de las fuerzas públicas, aprovechando el hastío ciudadano con los partidos, la corrupción, la situación social, la corrompida justicia y el Congreso.

Ese sí es el reto senador Barreto. Buen viento y buena mar.

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