La trampa de Duque

Nelson Germán Sánchez

–Gersan-

Todo anuncio de nuevos recursos para el sector educativo oficial deben ser de buen recibo y causar alegría. Pero tampoco se trata de hacer exageradas muestras de felicidad, rimbombantes manifestaciones sobre la bondad del Gobierno de turno, genuflexiones frente al oficialismo ni la institucionalidad, porque la tal generosidad no es mucha.

El presidente Duque anunció en el lanzamiento del reemplazo de Ser Pilo Paga, el programa ‘Generación E’, que destinó los primeros 500 mil millones de pesos para la educación pública que “consiguió” el ministro Carrasquilla. Olvidó comentar que fue por la presión de las multitudinarias marchas estudiantiles, especialmente la primera, y tratando de desactivar las que vienen, a las cuales se están sumando ya otros sectores sociales como Fecode, los movimientos ambientalistas, las de dignidades en defensa del campo, la salud, entre otros.

Según se sabe, esos recursos serán distribuidos así: 279 mil millones de pesos para fortalecer las universidades públicas, 223 mil millones para infraestructura y 56 mil para base presupuestal. Es ahí donde está la trampa que afortunadamente cada día más los colombianos están entendiendo, pue se trata de un falso esfuerzo para mantener la educación como un servicio y no como un derecho.

Miren estas cifras: 32 universidades hacen parte del sistema universitario estatal colombiano. De casi 2.5 millones de estudiantes universitarios hoy en el país (en pregrado y posgrado) , el 53 por ciento corresponde a instituciones públicas, es decir, un millón 325 mil de estudiantes son de la pública.

Es a ellas que desde el año 1995 no les eleva su base presupuestal de giros del Estado, si no se les congeló y se acogió aumentar sobre la fórmula de la inflación como se hace con el salario mínimo de los colombianos. Pero sí se les exigió ampliar cobertura educativa, acreditarse de calidad, abrir más oferta y colocarla según las exigencias del mundo de hoy y el mercado laboral, para lo cual no hubo ni un solo pesito a su base presupuestal. Por tanto, el retraso y la caótica situación financiera que estalló en las manos de Duque, es el resultado de un retraso de inversión que va de los 15 a los 30 billones de pesos, según los cálculos más moderados.

La trampa que hoy propone el Presidente consiste en que solo 56 mil millones de pesos van a esa base presupuestal que el Estado da a las universidades. Supongamos, lo cual no es así, que esos 56 mil millones se reparten equitativamente –lo cual tampoco sucede por Ley, normativa, procedimientos y demás- entre las 32 universidades. Eso supondría que a cada una le tocarían algo así como mil 750 millones de pesos, o sea, algo pírrico frente al déficit real.

Si tan solo la Universidad Nacional, la más importante y la de mayor calidad educativa de las públicas y entre muchas privadas, necesita para pasar esta vigencia de 80 mil millones de pesos (cifra de su déficit presupuestal), según ha reconocido su rectora Dolly Montoya.

Qué esperar para las pequeñas como la nuestra, con tan solo 200 o 300 millones de giro a su base presupuestal, según la fórmula de reparto que se dé. La trampa también está en que suena mucho decir 1 billón de pesos de regalías para inversión o 300 mil millones en fortalecimiento o infraestructura, pero no se aclara que ni un solo peso va para su base de funcionamiento. Entiéndase pago de ningún servicio público, insumos para laboratorios, practicas estudiantiles, actividades académicas (investigaciones, foros, seminarios…), pagos salariales, el sueldo de quien se encargue de pintar, barrer, adecuar, mantener, vigilar la nueva infraestructura; o la gasolina de los vehículos para llevar los estudiantes a experiencias significativas a otras ciudades o países. Tampoco si un equipo se daña y de sebe cambiar o un software actualizar, nada.

Es como decir a boca llena, les voy a construir un edificio en oro y con diamantes de la base al techo, pero no les doy ni un céntimo para que lo mantengan, lo cuiden, lo brillen, lo doten, en fin, para que funcione y se mantenga abierto. Eso se llama trampa presidente Duque.

Comentarios