Nadie que conozca al hoy secretario de Movilidad de Ibagué, Alexis Mahecha, y su pasado como concejal, figura pública o funcionario, podrá dudar que pese su temperamento siempre fue un hombre que luchó contra lo que consideraba decisiones poco acertadas, con visos de corrupción o lesivas para el bien de los ibaguereños.
Quienes tuvimos algún tipo de conocimiento profesional como en mi caso, desde este medio de comunicación hace varios años, al llevar delicadas investigaciones sobre temas de corrupción o desaciertos políticos, de intereses ocultos en decisiones administrativos, podríamos dudarlo.
Pero, actualmente, pareciera estar sufriendo de un posible empecinamiento de poder, que es el mayor impulsador del ego cegador, que nubla decisiones, hace un lado la razón y la lógica y lo más importante, al sentido común - que es el menos común de los sentidos-, para mantener decisiones totalmente desacertadas que afectan en negativo a los ibaguereños, como las aplicadas últimamente en las vías y que generaron un caos vial.
Esas determinaciones no se pueden tapar ahora con la excusa de campañas con la idea de que son para proteger la vida del peatón (así sean ciertas, como imagino), pero la realidad es otra; el malestar colectivo enorme y lo que dicta la razón es tener que tomar acciones para desandar lo andado o mejor dicho quitar más de un tache, estoperol, reductor, hito o cuanta cosa se colocó en algunas vías entorpeciendo el fluir del tránsito y generando embotellamientos, congestión, estrés y detrimento en el confort al desplazarse en transporte público o particular.
¿Por qué digo lo anterior? Porque a mis manos llegó el texto de la carta por la cual los representantes de las universidades renunciaron a la Mesa de Movilidad que se había conformado junto a otros sectores. Mesa creada para tener una mirada técnica a las intervenciones que en esa materia se hicieran en Ibagué. Luego de dos años y ante lo que era evidente y de bulto, los voceros universitarios se retiraron porque pese a sus conocimientos y aportes técnicos sobre lo que debía hacerse en movilidad, estos eran ignorados, no tenidos en cuenta por el propio Secretario Mahecha y su dependencia. Y lo de los taches y reductores, les llenó la tasa.
“Quien en una mesa de trabajo anterior dijo que este era solo un ente consultor, aun sabiendo que por medio del Plan Maestro de Movilidad y Espacio Público (PMMEP) dice que esta mesa será un ente aprobatorio en intervenciones de movilidad lo cual está explícito en el capítulo 6 título justificación página 62, 64, 65 y 66 junto a la tabla 7.1. Identificación de Entidades Relevantes Para Implementación de PMMEP”.
En el escrito, los renunciantes dan cuenta que en ese mismo PMMEP se establece dicha Mesa como relevante en cuanto a la red de infraestructura y de servicios para la movilidad, el uso de bicicletas y la red de espacio público e incluso en lo relativo a las gestiones para racionalizar el uso de la demanda de transporte, incluido el vehículo particular. Para ese y otros temas se estableció como líder a la Mesa, mediante Decreto Municipal 0835 de 2017.
Más revelador resulta que los expertos renunciaron por estar absolutamente convencidos de que: “muchas intervenciones en la ciudad no se están implementando de la manera más técnica, si no con el único objetivo de cumplir los indicadores establecidos en el plan de desarrollo”. Permítanme hacer aquí un “recorderis” y expresar que hace más de 20 días en esta misma columna y sin conocer aún este documento, había advertido que ojalá todo ese caos a la movilidad y la afectación a la vida de los ibaguereños no fuera simplemente por cumplir indicadores, metas y números fríos establecidos en un plan, para ganarse unos premios, reconocimientos o enaltecer la egoteca profesional, sin tener en cuenta que se atentaba contra la tranquilidad en el desplazamiento vial. Pues bien, el tiempo y los hechos parecen darme la razón. Qué triste.
La carta completa del 29 de abril la pueden leer en @germansantolim2 y Facebook: German Sánchez.
-GERSAN-
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