Precarnavales electorales

Nelson Germán Sánchez

Apenas inicia la fiesta sanjuanera, pero ya se comienzan a sentir los guayabos y “ayayais”, no producto del Tapa Roja, la pola o la indigestión con tamal, lechona o las viandas, si no de que la rumba política ya empezó y en sus primeros acordes dejó los primeros por fuera del folclor electoral de este año. (Reyes, Bolívar, Hincapié, Peñaloza…)

Este mes de junio, rumbo al día 27 es crucial, porque en plenas festividades inicia la fase final del calendario electoral colombiano dado el periodo de inscripción de candidatos y listas, ya que vence el término para que los comités de grupos significativos de ciudadanos, movimientos independientes y promotores de voto en blanco se inscriban oficialmente.

Así mismo, ese 27 abre el periodo de un mes para que se inscriban candidatos y listas a corporaciones públicas, o sea, concejos, asambleas y ediles, que se cerrará el 27 de julio. Por tanto, estas serán unas fiestas o precarnavales electorales porque a quienes veremos más que a las candidatas al reinado Municipal, Departamental y Nacional del folclor, y a los grupos de festival de festivales en las calles, parques y centros comerciales, será a los candidatos, especialmente a la Alcaldía de Ibagué y Gobernación del Tolima.

Cual reina con pose, edecanes, acompañantes, barras, grupo de prensa y hasta pregoneros propios tendrán para cada evento. Así que prepárese para topárselos en cuanto lugar con música, gente y papayera exista, y prepare el consabido “cuenta con mi voto o usted es la mejor opción”, entre trago y trago. Y ellos, por supuesto, con una enorme sonrisa, la simpatía a flor de piel y las poses ganadoras pero “casuales” para las cámaras y selfies.

Téngales paciencia, porque están buscando voticos, mostrándose, “untándose de Juan pueblo en su celebración”, y les toca para no verse fríos, antipáticos y aguafiestas, porque nadie quiere un alcalde o un gobernador que se tenga buche para “jartarse” –como dicen en Puri- cinco tamales en un día, tres platos de lechona, 10 sorbos de guarapo y 20 traguitos de aguardiente. -Esa podríamos pensar, es la venganza del votante-.

Sabemos que más de uno(a) ya está aprendiendo a ponerse el rabo e gallo, meter la quimba en la alpargata, mandó a comprar el pantalón y la camisa blanca, el sombrero de pindo o la pava, según le acomode más.

También, que andan por el Totumo, el Cañón del Combeima, Calambeo y El Salado, enseñando el galope en las caballerizas y midiendo el largor de las piernas propias y las patas de la bestia para no quedar ni muy recogidos ni muy largos que arrastren bota y se note que no saben montar.

Andan repasando a Inesita Rojas Luna, Blanca Álvarez y quién carajos fue Misael Devia. Y que los “Relatos de Micaila o las Andanzas de Micalia”, no es el nombre vulgar de ningún expediente de la Fiscalía General, donde una señorita da cuenta de todos los políticos implicados en el tumbis de los fallidos Juegos Nacionales de Ibagué en 2015. Ni que el señor Norberto, a quien se dedicó Bajo el Cielo Hechizado del Tolima, no es el estilista a cual candidata a la Gobernación condecoró, si no el abuelo de la folcloróloga Blanca Álvarez que fue maestra de escuela rural.

En fin, que El Contrabandista es una canción tolimense con su propia coreografía dancística y no el sujeto que van a mandar con el maletín barrio por barrio a comprar votos de la comunidad. Que los cuadros no son los de la campaña, si no los que hacen la pareja de bailarines en la pista y los codos no son para empujar y agredir al contendor para llegar primero, si no un alegre movimiento dentro de ese baile.

Por eso, téngales paciencia, porque muchos de ellos nunca estuvieron en los desfiles, jamás en la quema de pólvora o la Concha Acústica, le huían a la cabalgata, celebran el Día del Tamal y la Lechona comiendo hamburguesa o pizza y el Día del Sombrero Típico Tolimense salían con gorra porque les daba oso lucirlo.

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