Ya cumplió Egan, faltan los dirigentes

Nelson Germán Sánchez

Que no se llene de burocracia, órdenes de prestación de servicios, supernumerarios y proyectos “especiales” para contratar nóminas paralelas, es lo que esperamos todos los colombianos del nuevo Ministerio del Deporte, que a propósito de los grandes logros de los deportistas colombianos, hoy debe estar más en el radar de todos.

Mencionemos lo sucedido en las últimas semanas, para no ir tan atrás en el último año. Óscar Rivas, el hombre de Buenaventura, disputó el título interino de los pesos pesados del Consejo Mundial de Boxeo, ya se sabe que a pulso, pundonor, esfuerzo y preparación dio todo de sí y su rival hoy es señalado de haber ganado dopado o si no disfrutaríamos de ese cinturón.

Juan Sebastián Cabal y Robert Farah, tenistas ellos, ganaron por primera vez para Colombia en dobles masculino en Wimbledon, convirtiéndose en campeones del mundo del certamen más importante de ese deporte, en los campos de All England Club.

La Selección Colombia se coronó Campeón de Patinaje Mundial, luego de las victorias de las deportistas Geiny Pájaro en 100 metros femenino mayores y Sheyla Muñoz en 100 metros femenino juvenil, premio conseguido en España.

La reina del salto triple, Caterine Ibargüen, es la número uno de la llamada Liga Diamante del salto triple y se ha mostrado indestronable de allí en los últimos años y en las competencias cumplidas este año.

Quedemos ahí, porque la lista es larga de tantos y tantas deportistas de élite o aficionados que de forma individual o colectiva han dado alegrías a este país y son la mejor carta de presentación para una imagen positiva de nuestra nación. Además, porque ya empezamos a conocer también las medallas que nuestros deportistas están consiguiendo en los Juegos Panamericanos de Lima – Perú, así como lo destacado de cuatro peloteros colombianos en las grandes ligas del béisbol estadounidense.

Por ello, es que ahora que estamos en el punto alto de la euforia del triunfo de Egan Bernal en el Tour de Francia, algo realmente histórico y que a todos nos debe llenar el corazón de alegría, debemos ponernos serios y mirar con cabeza fría qué va a hacer o en qué va a convertir el Gobierno Nacional a ese nuevo Ministerio del Deporte.

Ese escenario en el poder de la estructura del Estado colombiano y de la organización del gobierno en turno, que fue aprobado el pasado mes de junio por el Congreso colombiano, el cual se encuentra en su año de transición de Coldeportes a Ministerio para ajustar procedimientos, operaciones, planeaciones, normas y armazón. Bueno, al menos eso esperamos.

Y es que no es de poca monta, porque se sabe que tendrá 35 grandes funciones para promover, formular y financiar políticas, programas y actividades deportivas. Además de evaluar, coordinar, organizar y dirigir el Sistema Nacional del Deporte Colombiano. Bajo él estarán el Comité Olímpico Colombiano, el Paralímpico, las federaciones, los institutos de deportes y hasta tendrá poder para meter la mano en el fútbol colombiano.

Por tanto, el mejor regalo del Ejecutivo Nacional colombiano sería anunciar con cuánta plata constante y sonante contará para inversión en escenarios, apoyar deportistas, centros de alto rendimiento, para escuelas municipales de deporte y demás; contribuir a la formación de deportistas de todo tipo. Saber hoy con claridad qué ‘platica’, proyectos y subproyectos quedaron incluidos ya en el Plan Nacional de Desarrollo para el deporte en los próximos tres años y no para pagar a los bancos y entidades bancarias los presuntos robos en lo que participaron, fueron cómplices activos o silenciosos en casos como los de Odebrech o Reficar, por ejemplo.

Que pena salirnos de la euforia colectiva, los besos, abrazos, gritos de júbilo, lágrimas y demás que reflejan emociones como las que brotan al ver a Egan Campeón del Tour, pero es que si nos quedamos ahí, no avanzaremos de forma concreta hacia el apoyo al deporte. Como dijo Santiago Botero el exciclista y campeón del mundo colombiano: “Los deportistas ya cumplieron, la afición ya cumplió, ahora falta que cumplan los dirigentes”. Cumplan, pues.

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