Héroes

Nelson Germán Sánchez

Muchas veces dedicamos ríos de tinta a distintos aspectos de la vida política, cultural, deportiva, económica y judicial del país. Nos entretenemos con sus personajes que en la mayoría de los casos no valen ni la pena más allá de un comentario, pero por estar ocupando el tiempo, el espacio y los escritos a esos, olvidamos recordar y reconocer a gran cantidad de personas que sí valen la pena.

Esos verdaderos héroes, mayoritariamente anónimos, que entregan con dedicación día a día su trabajo para ayudarnos a llevar una vida mejor o al menos alejada de los riesgos y el peligro. Me refiero a los bomberos, tanto oficiales como voluntarios, así como a quienes hacen parte de los organismos de socorro como la Cruz Roja, la Defensa Civil, la Policía en su sección de medio ambiente, al Ejército, la Fuerza Aérea, los vigías ambientales, las familias guardabosques y todos aquellos que en las zonas rurales se dedican al cuidado y la protección de ciertas áreas en reserva o no y a las rondas hídricas.

Pasamos de forma consciente o inconsciente por alto que ellos arriesgan sus vidas de forma permanente y más ahora con los voraces incendios presentados en todo el país debido a la larga y asfixiante temporada seca y de verano.

Todos los días, deben hacer enormes esfuerzos físicos y mentales para enfrentarse a un poderoso enemigo como el fuego, al calor, las altas temperaturas, el sol inclemente que quema, la posibilidad de asfixia, de quedar atrapados entre llamas y adquirir un sinfín de enfermedades respiratorias, de la piel o psicológicas por el estrés.

A veces olvidamos que es gracias a ellos, que le ponen literalmente el pecho a la brisa agobiante de estos días, que la catástrofe ambiental no ha sido peor; que las llamas se extinguen por su labor así como las amenazas a los bienes, las viviendas, la infraestructura urbana y rural y la propia vida. Recordemos solamente lo que pasó en la vía a Natagaima, en la zona de Chicoral, en Honda, para mencionar algunas zonas que estuvieron en riesgo de ser arrasadas en el departamento del Tolima.

Pero así como ellos, cuando se mira hacia los cerros a la distancia, perdemos de vista que muchos campesinos responsables han hecho los suyos para evitar que los humedales, nacimientos, zonas de aislamiento y bosques, se mantuvieran resguardadas de la intervención humana exagerada (incluso de ellos mismos) y que pese a las altas temperaturas no se secaran del todo quebradas, riachuelos y ríos que ha permitido que de forma generalizada en el país no hayamos entrado en racionamientos escalonados o totales de agua.

Por eso, en este espacio quise dar un pequeño reconocimiento a esa cantidad de manos y actitudes anónimas que no tienen el agradecimiento debido, si no esporádicas menciones dentro de una nota periodística, una toma ligera en la televisión, un paneo en un celular o una corta entrevista en la radio.

De verdad gracias a ustedes por su valor, su entrega y por cumplir con su función. Por hacernos la vida un poco más fácil frente a esas amenazas de la naturaleza, que mayoritariamente parecieran causadas por manos criminales, por enfermos mentales (pirómanos), por imprudencias (quemas “controladas”), por simple falta de prudencia y de conciencia como hacer fogatas en camping, arrojar plásticos, vidrios o materiales inflamables en cualquier lugar. En estos mementos cuando necesitamos héroes de verdad –no de discursos como de los que estamos inundados por estos días electoreros- muchas, muchas gracias por su labor. Ojalá tuvieran siempre más apoyo público y privado o aunque fuera el que merecen.

–Gersan-

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