Infoxicación electoral

Nelson Germán Sánchez

La infoxicación es un fenómeno sobre abundancia de información, que no permite ni un buen consumo activo de la misma ni que se tenga el tiempo suficiente para digerirla, analizarla y entenderla, porque además es tan profusa y constante que no se puede aclarar con precisión su origen, veracidad y realidad. Una sobrecarga informativa (information overload, según Alvin Toffler) que a veces produce una sórdida ansiedad o shock permanente.

Esto produce el no poder tomar una decisión o no contar con la suficiente información racionalizada sobre un asunto a decidir. Y eso es un últimas la infoxicación, término realmente creado por Alfons Cornella en 1996, sobre la cual poco se ha estudiado y dicho en nuestro país.

No cabe duda de que ese es efecto casi paralizante para algunos o de gran angustia para otros, que resulta de unir los términos información e intoxicación. “Asistimos, sin duda, a una hiperconexión compulsiva y una sobreinformación global, a una obsesión por la comunicación perpetua vacía de contenidos… la infoxicación o la infopolución… se ha hecho realidad en nuestras vidas”, expresó José Ignacio Aguaded Gómez, en la revista Comunicar número 42 en el año 2014.

Pues bien, esta introducción es para dejar en claro que es precisamente a este fenómeno social al cual parece hemos entrado en Ibagué por obra y gracia de personajes tóxicos en ciertas esferas del poder político en nuestra ciudad y el departamento, al generar todo tipo de información falsa, medianamente verdadera o incompleta, sobre hechos o personajes en la contienda por la Alcaldía de Ibagué y la Gobernación del Tolima.

La internet y las redes sociales son el mejor camino que pueda recorrer la infoxicación, porque se apoya en generar contenidos con apariencia de credibilidad para enlodar o decir todo tipo de cosas casi siempre malas o degradantes sobre campañas, candidatos, eventos, situaciones o presentar conclusiones de falsos análisis independientes.

Así mismo, esa infoxicación se hace más notoria, pues como se sabe existen las llamadas “bodegas negras” que no son más que lugares donde se produce con ingenieros de sistemas, técnicos y softwares adecuados, las 24 horas al día todo tipo de información tendenciosa para tratar de influenciar el voto libre de los ciudadanos. Este tipo de sitios se contrata con empresas de la capital del país, que por su puesto ya deben tener sus delegados asentados en la capital tolimense, para posiblemente iniciar toda su fase final de bombardeo desinformativo durante esta semana.

En una situación tan compleja y hasta riesgosa para la vida en lo que se ha convertido la disputa política por llegar al edificio municipal y el palacio del mango, este tipo de prácticas oscuras tienen su mejor escenario montado en la capital tolimense, pues pese a lo que muestran las encuestas como herramientas probabilísticas y predictivas que son y no de acierto total o error cero, cualquiera de los candidatos en disputa puede llegar a suceder a Guillermo Alfonso Jaramillo o a Óscar Barreto en sus respectivos asientos, y hasta hoy nadie ganó ni es triunfador absoluto faltando aún seis días para la elección; por tanto, el llamado es a estar atentos, verificar informaciones, y tener la credibilidad sobre quien la diga, emita o publique como mejor elemento para poder darle la importancia y veracidad requerida.

Dicen los propios candidatos que este fenómeno infoxicativo ya se está trasladando a los municipios del departamento, razón de más para prender las alarmas también a nuestros paisanos para estar atentos y no comer cuento, no tragar entero y saber siempre de dónde procede la información llegada por internet y las redes sociales. Aún falta toda una semana y muchas cosas puede cambiar en el panorama electoral regional. Pilas con la infoxicación.

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