Cansados y callen a la Vice

Nelson Germán Sánchez

No puedo iniciar sin expresar mi felicitación y mi alegría por los 27 años de labores que cumple el diario más importante de Ibagué y el  Tolima. Una casa editorial y un medio de comunicación que están en pleno proceso de migración hacia contenidos digitales, pero sin perder su esencia y características periodísticas de seriedad y responsabilidad social.

En hora buena por los jóvenes periodísticas y talentos (y no tan jóvenes como Edwin, Oscar, Helmer y Jorge) que hacen parte y mantienen el derrotero trazado hace muchos años por fundadores, inversionistas, pautantes y colaboradores, entre quienes me precio de haber estado y estar ahora como opinador. Un enorme abrazo y buen viento y buena mar en esta gesta que continúa.

Dicho lo anterior continuemos reflexionado sobre la actualidad del país, de ese despertar social que se ha expresado como un estallido de inconformidad en calles de varias ciudades. Eso que el maestro Willian Ospina llamó acertadamente en su columna del diario El Espectador “estamos cansados”.

La situación es tan masiva y compleja, que el propio Senado de la República la entendió y salió al paso de la misma llevando a cabo una reunión con las diversas fuerzas sociales convocantes al paro nacional, que hoy es el inconformismo general,  generando una declaración conjunta y un compromiso para iniciar en sesiones extraordinarias y ordinarias la discusión –y luego la presentación-  de leyes o reformas que respondan al clamor ciudadano, no como una manera de darles la razón o contentillo a los protestantes, si no de que hay reclamos que a todas luces son justos.

Nada parecido a un diálogo de sordos como el convocado por la Presidencia, según han dicho varios de los asistentes públicamente, entre ellos alcaldes y gobernadores electos, que es más una exposición magistral sobre ciertos temas para que se le escuche en silencio, se diga que sí a todo,  se le comprenda en sus avances y aciertos, no se objete nada, no se cuestione, no se proponga ni se discutan ajustes a decisiones o políticas, porque supuestamente ya todo anda super bien y lo mejor posible. Con esa actitud autista poco se logrará.

No se trata en esta coyuntura Presidente, de bandos ni de amigos o enemigos, es decir, convocar y reunirse con sectores afines, gremios, asociaciones que digan que están conmigo, que yo sí cumplo, que este es el mejor momento del país, que parar o protestar es de apatrias, malos ciudadanos o vagos que van a quebrar la economía, disparar el desempleo o subvertir el paraíso que es Colombia hoy. Hay que tener una mirada más holística Presidente.

De otro lado, que triste y mediocre papel –lo digo con la dignidad que el cargo representa- el de la Vicepresidenta Martha Lucía en este episodio de la vida nacional. Salir con declaraciones desinfladas, señalando o estigmatizando a los jóvenes y a quienes marchan o alzan su voz. A treverse a decir que marchan por cosas que no son ciertas, por desinformación, que los estudiantes no tiene razón; y zas, sale el propio líder natural del Centro Democrático, el senador Uribe, a anunciar que retira el proyecto de Ley del Congreso para contratar jóvenes por horas pauperizando su empleo; y luego el propio DANE a decir que el empleo juvenil se disparó en el último año; y el propio presidente Duque a objetar los artículos de su propio Plan de Desarrollo, donde se establecía que con el dinero de las universidades se podían pagar deudas del Estado, y luego en forma retadora el Ministro Carrasquilla sale a decir que el Presidente no lo había desautorizado frente a la reforma pensional, que era un asunto vivo. Ni que decir, del decreto que crea el holdign financiero del Estado colombiano, que para muchos es una macroprivatización de las empresas industriales y comerciales de la nación. A mis lectores les consta que soy un permanente defensor de la participación de la mujer en la vida nacional, económica, académica, política y social, por todas las luchas dadas y las reinvindicaciones que se han ganado a pulso, pero de Por Dios, que alguien le diga a la Vicepresidenta que se calle, que piense para hablar o que por lo menos se informe antes de hacerlo. El país necesita sensatez en este momento no disparates.

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