2020 será de arder

Nelson Germán Sánchez

Con el título de este escrito no me refiero a todo aquello que implicará tener que pagar impuestos, los gastos escolares, tarjetas de créditos, alza de alimentos, combustible, peajes, pasajes, servicios públicos y como 200 etcéteras más que se nos vienen; bueno, además del municipio de Ibagué sobre endeudado y con poco margen de manejo financiero para la cantidad de obras públicas que se requieren y se prometieron en campaña. A lo que me refiero es a que ya todas las organizaciones ambientalistas serias del planeta, las entidades internacionales que estudian el clima o el cambio de éste y universidades prestigiosas alertaron frente a que el año que comienza en exactamente nueve días, será extremadamente caluroso.

Además de que será un año bisiesto, es decir, durará un poco más que los anteriores, o sea 366 días. No se vayan a poner ahora a especular con augurios, tragedias, premoniciones y predicciones. Recuerden que la rotación de la Tierra al Sol no dura 365 días exactos si no 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45 segundos; por lo cual se debe agregar un día completo cada cuatro años para que el calendario se mantenga intacto. Dicho esto, sería el más caluroso, pues según las estimaciones y mediciones realizadas por la oficina encargada de estos asuntos del Reino Unido, por ejemplo, se prevé que el globo terráqueo aumente sus niveles de temperatura entre un 0.99 y 1.23 C. manteniendo una media cercada al 1.1 en ese aumento durante todo el año próximo. Y fluctuando la misma dependiendo de las zonas del mundo, es decir, en una más que en otras.

Ya todos medianamente entendemos que esto se debe a la emisión de CO2, al efecto invernadero, la tala de bosques, entre otros factores, pero lo que debemos preguntar es que si sabiendo eso tanto las autoridades nacionales como las nuestras regionales y locales ya lo conocen y lo tienen claro; si están armando sus planes de contingencia, las acciones para prevenir daños severos al medio ambiente y el hábitat que nos circunda, así como las medidas previas y durante la situación que seguramente conducirán a emergencias de todo tipo, desde incendios forestales, sequías, desaparición de fuentes de agua, muerte de animales, afectación de procesos agroindustriales, turísticos y comerciales, entre otros. Ello, sin perder de vista los daños al ser humano por los llamados golpes de calor, el sofoco, la deshidratación y la muerte por altas temperaturas especialmente a la población de la tercera edad, niños y personas con problemas de desnutrición.

Me parece que así como nos hemos entretenido y concentrado en el juego de las inversiones, las mega obras, las infraestructuras, las moles y vías a construir, es hora de que nos pongamos serios y a tono con esta situación y conozcamos qué están haciendo desde ya y qué están armando y planeando las autoridades que tomarán el control de la Alcaldía de Ibagué, la Gobernación del Tolima y la misma Cortolima, desde el 1 de enero entrante.

De todos los temas de agenda, este es el más vital, literalmente de vida o muerte para seres humanos, animales, ecosistemas y naturaleza en general. No podemos llamarnos a improvisaciones, engaños, a lo de siempre, porque esa sofocante situación requerirá de medidas innovadoras, arriesgadas, casi que extremas para llevarse a cabo y ponerse en marcha por parte de las autoridades con el concurso de otras instancias, el sector privado, el gremial y los ciudadanos de a pie como nosotros.

No esperemos entonces que nos coja 2020 y estas informaciones a contrapié, descuidados o apenas preparando planes y esperando reaccionar ante la “contingencia”. Este es un asunto de la mayor importancia, porque requerimos estar listos desde ya. Alisten agua, sombrillas, gorras, ventiladores o aire acondicionado si les alcanza. Ah y ¡Feliz Navidad! Pásenla bueno y en paz.

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