Todo un símbolo

Me le apunto a cualquier marcha, plantón, firmatón o lo que sea, con tal de impedir que Hernán Darío Gómez siga siendo técnico de la selección nacional de fútbol.

Y a ver si se hace algo serio con el fútbol de Colombia, cueste lo que cueste. Dicen que el Comité Ejecutivo de la Dimayor va a ratificar al señor por cinco votos contra dos. Ya de por sí resultaba triste que el símbolo del liderazgo en Colombia fuera un señor con el alias de “El Bolillo”. A palazo limpio se habrá ganado el apodo. Ahora será, si lo permitimos, un tipo abucheado a lo largo y ancho del planeta por violento y por machista. ¿Será que nos vamos a tener que aguantar esa ofensa?

Cuando lo nombraron me opuse públicamente a que Gómez fuera puesto al frente de la selección. Por eso, ahora que decidió cascar borracho a una señora, tengo que recordar que ese señor ha sido un patán desde siempre. Que ya había protagonizado un escándalo por violencia, cuando se dio trompadas con un hincha hace algunos años, siendo técnico de la selección. Y otra vez que decidió madrear en público no me acuerdo a quién. Siempre que abre la boca demuestra que es un representante cabal de cierto tipo de compatriota atravesado y mafiosongo, que este país suele premiar injustamente.

Y no puede ser que uno de los principales símbolos del liderazgo en un país en crisis moral sea un tipo violento, machista, imprudente, y con una hoja de vida formada en equipos financiados por capitales oscuros.

Algo muy feo tiene que haber tras la rosca de la Dimayor, cuando los dirigentes de esa entidad, que ya han acabado con los equipos profesionales, ahora están dispuestos a imponernos como estandartes de nuestra nacionalidad a fracasados medio sicóticos. ¿A qué le temen?, ¿por qué asumen que sus lealtades personales de farras y compadrazgos están por encima de la función pública que tienen?

Recordemos que la búsqueda de un director técnico para la selección en 2010 fue toda una farsa. Se nos anunció que los dirigentes de la Dimayor harían un riguroso proceso de selección y un plan de trabajo de largo plazo para que el próximo mundial fuera nuestra revancha. Y escogieron a los mismos con las mismas. Gente que dista mucho de ser modelo para tanto hincha y tanto chico que quiere ser futbolista. La clase de persona equivocada para representar el trabajo en equipo, la disciplina y el honor de la identidad nacional. Así no van a lograr sino descrédito para el país, malos resultados deportivos, y que la gente con dignidad no quiera pisar los estadios, y menos sacar adelante a los equipos en crisis. Porque no va a quedar más camino que voltearle la espalda a la selección, con tal de no tener que aguantarnos una eliminatoria mundialista con la rabia de tener de vocero del equipo a un tipo sin vergüenza ni dignidad.

No se qué ley de la República habrá que aprobar para lograr que el fútbol deje de ser de las mafias. Pero hay que aprobarla. Hacerlo ya, e incluir a la selección Colombia de fútbol entre los patrimonios morales a intervenir desde el Estado. Porque la ratificación de Hernán Darío Gómez sería un acto de corrupción, ni más ni menos. Hágale Clopatofsky. Hágale presidente Santos. Aprovechen el papayazo y arreglen esa vagabundería de la dirigencia del fútbol de una vez por todas.

Credito
ÓSCAR SÁNCHEZ

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