Nuestra universidad

Benhur Sánchez Suárez

Después de tantas noticias adversas, que han conmovido nuestros más íntimos sentimientos y convicciones, como el caso de Hidro-Ituango, pareciera que nuestra vida quedara en suspenso, con la tristeza por tantos colombianos sin hogar y en la miseria por culpa de unos dirigentes ineptos, enceguecidos por la ambición del lucro y lejanos del deber que tienen de ofrecer bienestar para sus gobernados.

¿Dónde queda la credibilidad de instituciones y empresas que han sido orgullo de la Nación? ¿Para dónde se va la confianza en sus ejecutorias?

Por eso es de destacar que una buena noticia alegre nuestros días hoy porque es más que un impulso para seguir creyendo que es posible conquistar el equilibrio y generar los beneficios que requiere nuestra sociedad para que continúe edificando su progreso.

Lo digo porque he sabido que nuestra universidad pública, la Universidad del Tolima, ha sido aceptada en su conjunto con miras a ser estudiada por el Consejo Nacional de Acreditación, CNA, para otorgarle la Acreditación de Alta Calidad como una de las instituciones de más calidad en el país.

Gran noticia. Alegra mucho que después de estar al borde el cierre, en una crisis institucional que los tolimenses conocen en detalle, las decisiones tomadas para recomponer el camino y reactivar la confianza en el proceso académico y económico de la Universidad, estén dando los resultados esperados.

Esos resultados, sintetizados en el balance de la institución durante el año 2017, abarcan logros como la reducción de la deuda de 24 mil millones de pesos en 2015 a sólo 8 mil 700 millones hoy, dándole a la Universidad capacidad de acción y estabilidad en sus labores académicas, basados en la racionalización y la austeridad del gasto.

En este nuevo proceso ha logrado que Colciencias reconozca y categorice 50 grupos de investigación de los noventa que actúan hoy en la Universidad, de los cuales 18 gozan de acreditación de alta calidad. Por supuesto, ha impulsado la investigación y ha mantenido el ritmo de publicaciones porque la producción académica es fundamental para la acreditación de alta calidad de cualquier programa académico.

Poco a poco avanza en su objetivo de ser el centro académico más importante de la región. Este semestre ha sido el de la consolidación de este proceso que el rector, Ómar Mejía Patiño y su equipo de trabajo, hombro a hombro con el Consejo Superior Universitario, encausa hacia el logro de sus objetivos.

Esa ha sido la labor del rector, que ha logrado encausar con acierto los procesos académicos, de investigación y saneamiento económico. Así, conduce hoy a la Universidad al sitial que siempre debe tener, con la transparencia necesaria para que reconquiste la trascendencia cultural que siempre ha de mantener en el corazón de los tolimenses.

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