El sábado 27 de octubre se cerró con éxito el XIII Encuentro Nacional de Poesía y Narrativa “Ibagué en Flor 2018”. Durante la semana anterior un variado programa dio cumplimiento al deseo de los organizadores (Corcultura y Viva el arte) de reunir escritores tanto nacionales como locales con un público diverso para hermanar la actividad literaria con la cotidianidad de los ibaguereños.
¿Cuándo se entenderá que una comunidad sin arte no es más que un pueblo sin posibilidades, un pobre pueblo?
Pero lo más importante fue el encuentro de los poetas y narradores con el público estudiantil, pues diversos establecimientos educativos de la ciudad acogieron con entusiasmo las lecturas de poesía y narraciones cortas que los autores invitados compartieron con sus alumnos. Ahí está el futuro de los encuentros de escritores. Ahí fructifica la supervivencia de la poesía como elemento constitutivo de la vida de la sociedad. Por fortuna se abrieron como flores estos espacios de la niñez y la juventud.
También hubo programación para los amantes del arte y la literatura en general, bien pocos por cierto, en un momento en que la humanidad se nutre de banalidad y superficie, niega la lectura como elemento liberador del espíritu humano, castiga a los artistas con la indiferencia y el desprecio.
Los escenarios fueron los mismos de años anteriores: La plazoleta Darío Echandía para las famosas lecturas a cielo abierto (colmada de artesanos por una medida de contingencia por lo que se convirtieron en lecturas bajo techo), la Biblioteca Darío Echandía, la galería Viva el Arte, la Corporación Casa Teatro Antonio Camacho, la universidades nada de nada (parecen ser superiores a cualquier atraso nacional), el público como ausente de sus propias limitaciones y la lluvia cayendo a torrentes, también ausente de los ocobos florecidos y de la musicalidad y contundencia de unos versos libres tan contundentes como el viento.
Y en medio de la euforia de los versos y las historias escritas, de los libros presentados, una exposición de artistas tolimenses. El jueves 25 de dio apertura al IX Muestra Departamental de Arte del Tolima donde se hizo presente un buen número de pintores de la región. Al lado de ella, una muestra del trabajo del maestro escultor Emiro Garzón, cuyos trabajos en bronce causan admiración en los escenarios donde se exhiben sus obras.
Gracias a los escritores que acudieron al llamado (el listado es largo, el espacio corto y el riesgo de no nombrarlos a todos es muy grande y, sobre todo, injusto) porque su presencia renueva nuestra fe en que más allá de la mezquindad hay un paraíso fraterno donde han de florecer por siempre y para siempre, la amistad y la buena literatura. Las que necesitamos para ser más grandes.
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