Trayectoria reconocida

Benhur Sánchez Suárez

Hace cuatro años, dentro del portafolio de estímulos a la cultura y bajo la orientación del Ministerio de Cultura, el municipio de Ibagué instauró, entre otros, el premio Vida y Obra con el ánimo de reconocer la labor de artistas y escritores que por su trayectoria se hayan destacado en el devenir cultural de la ciudad, del país y, por qué no, del mundo.

El primero en recibirlo (2015), cumplidos los requisitos exigidos por la convocatoria, fue Camilo Pérez Salamanca, por su trayectoria como escritor, periodista cultural, gestor en la Universidad del Tolima e historiador, con varias obras que recogen la historia desconocida de la ciudad.

El segundo en ser exaltado (2016) fue Carlos Orlando Pardo, escritor, historiador, editor y gestor cultural cuya trayectoria rebasa los linderos de la patria chica, numerosas publicaciones pioneras en la reconstrucción de la memoria del Tolima y su apoyo a los escritores en la difusión de sus obras. También por sus novelas y volúmenes de cuento que ya son patrimonio de la literatura nacional.

El tercer reconocimiento (2017) recayó en Jorge Humberto Jiménez, compositor e intérprete, filósofo, comunicador y docente, cuya labor de difusión de la música es digna de todo elogio. Sus composiciones se escuchan a lo largo y ancho del país y su actividad con el público infantil es encomiable porque garantiza la pervivencia de la música en las nuevas generaciones y en la cultura nacional.

Para este año, 2018, ha sido escogido como merecedor del reconocimiento Vida y Obra el escritor y docente Libardo Vargas Celemín.

Autor de los libros de ficción “Tururá” (1990), “Las estaciones del olvido” (1996), “Más allá del infierno” (2004) y “Una mujer difícil y otros textos breves” (2009), el estudio “El taller de escrituras creativas: historia, conceptualización y propuestas” (2012), que resume su largo trasegar por la docencia y los talleres literarios, y otros libros que compendian el trabajo en equipo que lideró en la Universidad del Tolima para rescatar desde la academia la historia de la novela y el cuento en el Tolima.

Emocionante para quienes llevamos la literatura y el arte como estandarte de vida que un compañero de ruta reciba esta distinción tan meritoria.

Retirado ya de las lides académicas, disfrutando de una pensión que es un verdadero ocio creativo, ha incursionado también en el cine donde su cortometraje “La cauchera”, ha sido premiado con varios reconocimientos nacionales.

Una vida fructífera, con una obra cuentística consolidada y la expectativa de sus narraciones largas o novelas que, a no dudarlo, irán madurando en muchas noches del Cañón del Combeima para beneficio de nuestra literatura. Por todo esto, sin descontar su labor en el periodismo cultural, Libardo Vargas Celemín es un símbolo de la ciudad para la cultura colombiana.

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