El inspector más famoso de Europa

Benhur Sánchez Suárez

El inspector Salvo Montalbano, de la ciudad de Vigàta, Sicilia (Italia), nació en 1994 de la prodigiosa capacidad creativa de Andrea Camilleri, como personaje de su novela “La forma del agua”, publicada precisamente en ese año. Y a partir de ahí, se convierte en el inspector más admirado por los lectores del viejo continente.

Vigàta es el pueblo siciliano imaginario donde Montalvano tiene que resolver los casos que conforman la dilatada lista de obras que Camilleri escribiera a lo largo de su vida y que son, al mismo tiempo, un retrato cercano a la forma de ser de los sicilianos, sus costumbres, sus paisajes, tanto urbanos como rurales, de una fidelidad que cautiva a quien lo lea.

Este escritor italiano, fallecido el pasado 19 de julio, había nacido en Porto Empedocle en 1925, y estaba radicado en Roma al momento de su deceso, ocurrido en el hospital romano del Santo Spirito, después de soportar afecciones cardíacas severas.

“La forma del agua” se constituyó de inmediato en uno de los libros más leídos de Italia y su autor, Andrea Camilleri, se vio reconocido como renovador de la novela negra europea.

Su salto a la inmortalidad lo empezó con publicaciones fallidas, de poco impacto y con gran fracaso editorial, como su novela de 1978 titulada “El curso de las cosas”, hasta que en ese bendito año de 1994 publicó esta novela como primera de una saga que ha llegado a más de veintiocho títulos, traducidos a varios idiomas. Por ejemplo, “Un mes con Montalbano” (2012), que leí con emoción.

Es probable que sea un escritor poco leído en nuestro medio. Bueno, como casi todos los escritores nacionales. Pero una vez se adentra el lector en alguna de sus obras, queda atrapado por su lenguaje llano y sin alardes, justo en la descripción y en la narración de acciones y hechos cotidianos.

Uno de los valores que resaltan aún más la importancia de sus obras es el uso del humor, pues parece increíble que una novela negra (en cuyo fondo se mueven asesinatos, bajos instintos, sociedad marginal) haya espacio para la ironía, el humor fino, para burlarse de sí mismo y de las cosas que pasan en un drama transido de tragedias, asesinatos y robos, productos de la degeneración humana.

Antes de lograr la notoriedad, Camilleri fue durante cuarenta años guionista y director de teatro y televisión. También es bueno comentar que la parte final de sus noventa y tres años la pasó ciego, aunque siguió escribiendo con la ayuda de Valentina Alferj, que lo asistió los últimos diecisiete años.

Así que aspiro a que ustedes puedan acceder a la obra de Camilleri y conocer a Salvo Montalvano, el inspector más famoso de Europa.

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