Paracelsos de la paz

“Seamos realistas, pidamos lo imposible”. Con un sencillo pero significativo cambio, apelo a ese grafiti parisino y de 1968 para decir que en el propósito de esta columna seré realista e “intentaré” lo imposible.

En este propósito no estoy solo. Me adhiero a un número creciente de voces que anhelamos lo mismo: una pronta, sincera y necesaria conversación de el expresidente y hoy Senador Uribe Vélez y el presidente Santos para construir puentes de entendimiento y acción conjunta por la paz, la convivencia y la seguridad de los colombianos.

Al fin y al cabo Santos y Uribe lideran en el terreno de la política colombiana dos visiones compatibles que transitan dentro de los canales institucionales de nuestra democracia: aquella visión de los que creen que a la paz se llega por la vía del ejercicio de la autoridad y la seguridad ejercida por las fuerzas legítimas del Estado y la de aquella visión que considera necesario tener canales de diálogo y búsqueda negociada con los grupos ilegales para superar el conflicto armado que hay en Colombia.

Es tiempo de superar debates que de cara al futuro de Colombia, nada aportan: que si en Colombia hay conflicto o no, que si uno u otro sector intentó o no hacer diálogos y acuerdos en el pasado, que si uno es la encarnación de un proyecto castro chavista y otro es una criolla expresión de fascismo, que si uno representa a la derecha y el otro a una tercera vía progresista, que quién es el dueño de las tesis del centro, son todos, debates superables ante el tamaño de lo que Colombia necesita resolver para consolidarse como una democracia segura, productiva, justa, incluyente, sostenible, soberana e institucional.

“Todo es veneno, nada es veneno, depende de la dosis” solía decir el alquimista Paracelso. Actúen, expresidente y senador Uribe y presidente Santos como alquimistas y paracelsos de la paz, la convivencia y la seguridad de los colombianos. Ayuden a encontrar la dosis necesaria de diálogo y seguridad que necesitamos en estos últimos capítulos del conflicto colombiano.

No permitan que un pequeño grupo que en nada representa al inmenso país que cree en las instituciones, deje atrapados a más de 16 millones de colombianos que ustedes dos representan en el terreno electoral y a la gran inmensa cantidad de compatriotas que con trabajo honesto, creativo y perseverante optan a diario por esta Colombia que como ustedes, otros millones amamos.

No reescriban en el siglo XXI el torpe capítulo de la patria boba que caracterizó a Colombia en los inicios de nuestra independencia de España por allá en los inicios del siglo XIX. Consoliden ustedes la segunda y urgente independencia de los colombianos.

El único fracaso posible de este diálogo es no intentarlo. ¡Dejémonos de vanas, si!

Credito
ALFREDO SARMIENTO NARVÁEZ

Comentarios