La democracia solidaria (parte II)

Alfredo Sarmiento Narváez

Y que ha sido de la Democracia en la modernidad? La predicada triada moderna de Libertad-Igualdad: Fraternidad ha buscado impactar y condicionar las formas de abordar narrativas y prácticas de la democracia.

Las aspiraciones de libertad en sus diferentes manifestaciones: de culto, de expresión, de empresa, de movilidad de los individuos, contribuyeron a concebir la expresión de Democracia Liberal para describir aquel régimen político con una visión de Estado y otra de sociedad pensadas en función de los llamados derechos de primera generación de los individuos.

De manera concomitante con Democracia Liberal, se impuso una especie de sinonimia entre la noción de individuo que agencia su vida privada con la noción del ciudadano, en ello, radicó la antropología de la Democracia Liberal. La filosofía del derecho en la Democracia Liberal hizo prevalecer las instituciones del Derecho Privado; el Estado asumió funciones de Gendarmería con una estricta separación de poderes; se adoptó una lógica mecanicista de la sociedad que iguala beneficios sociales a sumatoria simple de beneficios individuales.

Por su parte, las aspiraciones de Igualdad ambientaron la consolidación de conceptos análogos a la Social Democracia. En esta perspectiva, se empezaron a concebir los derechos sociales de salud, educación, vivienda, saneamiento básico, entre otros, llamados también derechos de segunda generación.

Las diversas formas de Social Democracia, una de talante secular y laica y otra de talante cristiano, darían al Estado un papel de mayor relevancia que lo llevaría a ir más allá de su función gendarme y se empezó a concebir un rol más interventor del Estado; se introdujo el concepto de función social de la propiedad; se aparejó este proceso con la consolidación de las instituciones propias del Derecho Público; el protagonismo político lo asumió el sujeto antropológico ciudadano en el ámbito del espacio público confinando al individuo a su ámbito privado; la sociedad se acercó a la noción de lo colectivo.

En su manifestación más radical y extrema, la igualdad dio paso a las tesis comunistas de sociedad y Estado con perspectiva marxista, para la cual no eran necesarios los ciudadanos como si los proletarios.

La fraternidad tuvo tímida manifestación en relación con la concepción de modelos de Estado; se limitó a condicionar y facilitar expresiones de organizaciones sociales con vocación civil y religiosa, fraternidades masculinas, sororidades la mayoría de ellas apelando a un elemento espiritual trascendente como elemento cohesionador.

Si la fraternidad alcanzó algunos desarrollos prácticos fue en desarrollo de formas mutualistas y cooperativas de empresarialidad. La Fraternidad, si tuvo algún atisbo de manifestación política, lo hizo alrededor de las expresiones propias del Socialismo Utópico, de personajes como Robert Owen, Charles Fourier y sus falansterios. Las prácticas sociales y tímidamente políticas de la fraternidad, fueron el hazmerreír de personajes como Marx y Engels que, con una visión estructuralista de la sociedad donde la economía es factor estructurante y el derecho y la religión son meros epifenómenos superestructurales de la economía y la materia, desecharon las manifestaciones sociales y políticas de la fraternidad para imponer su dictadura del proletariado.

Próxima entrega: la Democracia hoy a la luz de la Solidaridad.

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