La cadena textil confecciones y el Tolima

Alfredo Sarmiento Narváez

Los artículos 274 y 275 del Plan de Desarrollo Nacional ‘Pacto Por Colombia: Pacto por la Equidad’, establecen aranceles a la importación de confecciones (37,9%) y un 10 % ad valorem a confecciones que tengan precios por kilogramo superior a 20 dólares.

Estos artículos han generado una batalla jurídica campal a nivel nacional que tiene por protagonistas a importantes gremios como Fenalco, Analdex de una parte y a la Cámara Colombiana de la Confección en la contraparte.

Cada uno de estos gremios han apelado a recursos legales, ora para demandar los artículos (Fenalco y Analdex) con el argumento de defender a los consumidores finales, a los comerciantes legales y a las industrias exportadoras del sector, ora para que esos artículos sean implementados rápidamente por parte del Gobierno nacional vía Ministerio de Industria Comercio y Turismo (Cámara Colombiana de la Confección) con el argumento de defender una industria nacional generadora de empleo formal, directo e indirecto, especialmente relevante para mujeres cabeza de familia y personas mayores.

Mientras esta trama litigiosa se da en los escenarios nacionales, ante cortes y tribunales con demandas y acciones de cumplimiento, esgrimiendo argumentos constitucionales, de competitividad, generación de empleos, tratados comerciales que deben honrarse etc, el Tolima ha recibido en días pasados la infausta noticia de que una de sus más acreditadas empresas en la cadena, cerró sus talleres de producción (su eslabón industrial), dejando sin empleos directos a por lo menos 250 personas y a más de 400 vinculadas de manera indirecta a la cadena de valor de esta actividad económica.

Esta noticia, unida a los ya alarmantes indicadores de desempleo en Ibagué y el Tolima, pone los nervios de punta a todos los estamentos y autoridades concernidas con el tema. El proceso litigioso frente a los artículos de marras parece ser largo en su trámite en las instancias jurisdiccionales. El Gobierno nacional, bajo el principio de legalidad, está trabajando con dedicación en la implementación de los artículos a un ritmo que parece no satisfacer las expectativas de las empresas adscritas a la Cámara Colombiana de las Confecciones.

En el entretanto, el contrabando hace de las suyas y caza pingües rentas en medio de la ilegalidad. En la gravedad de este problema y la necesidad de enfrentarlo de manera inmediata coinciden tanto comerciantes formales, exportadores, como los empresarios de la cadena textil confecciones.

Comienzo tienen las cosas. Ante la brecha que hay en argumentos y posiciones frente al tema de aranceles por parte de Fenalco, Analdex en una orilla y la Cámara Colombiana de Confecciones en la otra, es menester constituir una mesa intergremial dispuesta a encontrar necesarios puntos de acuerdo en estas materias, acuerdo que debe llegar lo más pronto posible y que debe contar con el concurso de las autoridades públicas concernidas.

En el corto plazo, esta misma mesa intergremial, mientras surte la discusión sobre aranceles, debe cohesionarse en la lucha contra el contrabando y robustecer su interlocución ante autoridades de la Dian y de la Policía para enfrentar este flagelo que no da tregua.

Ante señales claras en la lucha contra el contrabando, empresarios del sector, manifiestan su disposición a prender sus máquinas de nuevo y producir de cara a diciembre, urgente actuar ya.

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