Fuertes choques de opinión se vienen dando entre los jefes de la política nacional. Los expresidentes Samper, Pastrana y Uribe han sido especialmente locuaces y algunos de ellos francamente ofensivos. 

En el centro de las contiendas ha estado el presidente Santos, a veces discreto, en ocasiones crítico y polémico. Y esa manera de ser en la política a muchos les ha parecido grosera e inconveniente. 

Siempre se han presentado discusiones fuertes, a veces agrias, entre los grandes de la política. En el siglo pasado, por ejemplo, fueron álgidas las disputas entre los doctores Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez, los dos conservadores y presidentes de la República. 

López Pumarejo y Santos, liberales, también se enfrentaron. La disputa entre Gabriel Turbay y Jorge Eliécer Gaitán fue tremenda y produjo la caída del partido liberal. 

Entre Álvaro Gómez y Misael Pastrana se presentaron duros encontronazos. Fueron de antología las disputas entre Carlos Lleras Restrepo, Julio César Turbay y Alfonso López Michelsen.

Hablando solo de expresidentes vivos, Samper y Pastrana no se quieren de a mucho. Samper y Gaviria han tenido más de un disgusto. Pastrana y Uribe fueron aliados pero luego se distanciaron. Santos fue ministro de Gaviria, de Pastrana y de Uribe. Con Gaviria siguen siendo buenos amigos. Santos y Samper se acercaron luego de un largo distanciamiento y ahora la pelotera es de Pastrana y Uribe contra Santos. 

Santos seguramente quiere la reelección, a la que podrá llegar sin tener que forzar ninguna reforma constitucional. Gaviria y Samper lo apoyarán. Pastrana y Uribe se opondrán a fondo. Sin mayores consideraciones, es lo que está pasando.

Los partidos políticos “ni truenan ni suenan”. No dicen nada. No proponen ni hacen control político ni formulan programas ni examinan a fondo los temas más sensibles del país. 

La salud, por ejemplo, fundamental para todos los colombianos. Seguramente en el Congreso terminen saliendo con otro “chorro de babas”. Si se quiere reivindicar ante la opinión pública, debería crear un nuevo sistema nacional de salud. Es lo que se necesita.

La campaña política comenzó. Por eso hay tanto agite. La lucha por la presidencia será tenaz. Sin Partidos en el escenario, prosperarán los personalismos. Habrá poca política y mucha politiquería.