El estado de la economía

Un amigo industrial fabricante de autopartes me dijo, entre preocupado y optimista: “Hace 25 años estoy en esta actividad y a raíz de los tratados de Libre Comercio he decidido cerrar la fábrica antes de que termine en la quiebra. Me dedicaré al comercio, importando los repuestos que antes producía. Me duele que 430 empleados queden cesantes”.

Un amigo industrial fabricante de autopartes me dijo, entre preocupado y optimista: “Hace 25 años estoy en esta actividad y a raíz de los tratados de Libre Comercio he decidido cerrar la fábrica antes de que termine en la quiebra. Me dedicaré al comercio, importando los repuestos que antes producía. Me duele que 430 empleados queden cesantes”.

Es lo que pasa en muchas partes de Colombia. Desaparece la industria. Se acaba el empleo. Por eso el importante economista Mauricio Cabrera dijo que la Andi va a cambiar de nombre: Asociación Nacional de Importadores.

Es lo que refleja el informe oficial de la economía en el primer trimestre del año, durante el cual la industria manufacturera cayó el 4.1% en relación con las mismas fechas del año pasado. El decrecimiento de la industria fue una constante durante los otros trimestres del año pasado. La situación es alarmante, así se quiera soslayar con resultados más convenientes, como el crecimiento del 16% en construcción de edificaciones y del 17.5% en obras de ingeniería civil. El café creció el 23%, lo que no impide mencionar la enorme caída del precio interno en las últimas semanas. La preocupación de los cultivadores del grano es enorme, ligada ahora al descontento en las regiones cafeteras que se quejan por el incumplimiento de los acuerdos suscritos con el gobierno en el reciente paro agrario. Otro resultado alarmante es el de la ganadería, 0.5%. Y el de la agricultura no cafetera, 10%.

¿Qué está pasando? Los TLC y la recurrente revaluación están afectando en forma notable la producción nacional de alimentos y de productos manufacturados. El resultado es el desempleo. Si no hay ocupación remunerada, no habrá ingresos  para muchas familias, y por consiguiente se afectará su nivel de vida y crecerá la pobreza con sus trágicas consecuencias. Se lesionará el mercado y continuará bajando la producción y creciendo el desempleo. Esa cascada de desgracias es difícil de detener. Los economistas de la ortodoxia proclaman que la situación “ya tocó fondo”. Por el bien de Colombia, que Dios los oiga.

Credito
HORACIO SERPA

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