Apretaditos

No es del todo grato ser el blanco principal de las criticas mordaces de millones de personas que no encuentran alimentos suficientes, padecen racionamientos de luz de seis horas diarias, y ahora ni papel higiénico tienen.

El Presidente Maduro dijo desde Caracas que en pocos días se solucionaría el problema del  higiénico papel. El gobierno bolivariano anunció con bombos pero sin platillos, que llegarían a Venezuela cincuenta millones de rollos de ese papel tan especial, lo curioso del hecho es que según las estadísticas venezolanas, el país consume ciento veinte millones de rollos  por mes, con lo cual –salvo que sean rollos triple hojas y el gobierno revolucionario decida fragmentar el embarque- un sesenta por ciento  de los venezolanos se perderán de la importación socialista del higiénico papiro. 

Pero don Nicolás Maduro nombrado  a dedo sucesor del redentor de la pobreza, se ha esforzado por minimizar la importancia de las manifestaciones gigantescas en repudio no solo al desabastecimiento sino a un discurso  pueril que fantasea con los bienes futuros.

Así como un novelista decide borrar un capitulo ya escrito que le parece fuera de lugar en el relato que está  confeccionando, el Presidente Maduro optó por “pasar por alto” las sucesivas reclamaciones que por una vida mejor, o al menos un poco más digna, hasta sus simpatizantes  apretados en las calles reclaman frente al discurso lleno de anécdotas e irrealidades sin observar  que su modelo y su discurrir se lo está llevando el viento…

Constreñido a elegir entre la Venezuela ficticia del socialismo del siglo XXI y el país que efectivamente existe, este hombre, a quien el Comandante Chávez le habla tomando forma de pajarito y le promete un glorioso ALBA y un fortalecimiento de Petrocaribe.…

La situación en la que se encuentra Maduro y sus cortesanos sería menos grave si aún le sonriera la maltrecha economía venezolana, la cual se ha transformado en su enemigo cada vez más feroz. De los dos millones trescientos mil barriles de petróleo que “extrae” por día, cuatrocientos mil van diariamente a China por los próximos diez años para con un precio promedio acordado de cincuenta y dos dólares por barril, se cancele el empréstito de cuarenta y dos mil millones de dólares que entre armamento y billetes los chinos le dieron al compañero Comandante. 

Y hay más. Cerca de cien mil barriles diarios van a Cuba y el invento de Petrocaribe  “exporta” a nueve países  trescientos cincuenta mil barriles diarios, de modo tal, que ochocientos cincuenta mil barriles de petróleo salen y salen y siguen saliendo y los países receptores de este crudo lo pagan (salvo China), cada embarque, a veinticinco años plazo con un interés anual del dos por ciento. 

Esa fue una de las maneras como el Comandante Chávez  obtuvo apoyo hemisférico  y sustantivas votaciones en diversos foros especialmente los de América latina. Venezuela, con el precio de la gasolina más barata del mundo “quema” diariamente el equivalente de quinientos veinticinco mil barriles, de modo tal que el país debe subsistir con un promedio de novecientos veinticinco mil barriles que al precio de noventa y seis dólares en promedio, le generan un ingreso de ochenta y ocho millones de dólares diarios, frente a los doscientos veinte millones que en promedio diariamente recibía una década atrás. Los ingresos petroleros están apretaditos y el Banco Central solamente tiene divisas para 23 días y por supuesto muchos pagares  de estados aún más empobrecidos, que no podrán pagar nunca. Ya se sienten, dentro del mismo “chavismo” y también en la cúpula militar, fuertes roces con la conducción que Maduro impone en Venezuela y algunos analistas aseguran que el Delfín del Comandante no concluirá su periodo presidencial.

Lo anterior es una de las razones por la que el espectáculo conmovedor que hoy brindan los supermercados vacíos de casi todo producto y la gente desfilando frente a góndolas  que antaño contuvieron alimentos, es perturbador para cualquier observador. En el idioma que parece que ahora se habla en voz baja, la sociedad percibe  que está gobernada por los peores, una calamidad que no inquieta  mucho  por hoy a  los gobernantes que, por principio, son contrarios  a la apertura de mercados, esquema este que supone que quienes desempeñan la tarea de gobernar son los mejores, pero el venezolano común  solo se ve como una víctima de los experimentos disparatados  de Maduro y sus cortesanos y en pequeños grupos al comienzo y  ahora en grandes manifestaciones comenzaron a agruparse y a protestar.

La gente sin luz por largas horas en sus hogares, con racionamiento de agua, sin mucho que comer y sin papel higiénico, se aprieta  el cinturón, también lo hace en las manifestaciones reclamando una modificación del rumbo  y abandonar  el modelo basado en la descapitalización de gente y país.

Por supuesto es factible que, en privado Maduro haya comprendido que su mayoría lentamente le está dando la espalda y que no le será fácil concluir su período constitucional con su proyecto de socialismo del siglo XXI intacto. 

Con el propósito de reducir tal eventualidad recurre con frecuencia al “relato” emocionante que un Teniente Coronel bordara con heroísmo revolucionario contra los partidos políticos, las corporaciones y la oligarquía, que no habrían  hecho otra cosa que saquear al país y privar al pueblo de un mejor modo de vida. 

Con esta  narración ha formado un blindaje de temor generalizado que con toda seguridad acompañaría una nueva crisis institucional en caso de que él  dejara, apresuradamente el poder. 

Claro, remplazar a un militar de carácter fuerte, uno dotado de carisma avasallante que se aferraba a un relato  plagado de valores de Simón Bolívar es difícil, por ello Maduro parece más un oficinista que un caudillo, pero aprendió de Chávez el poder de la palabra, de la idea de que lo que en últimas instancias importa más lo que cree la gente en vez de la realidad misma y que, con la ayuda de un aparato propagandístico eficaz, le será dado subordinar todo a su propia voluntad, razón por la cual ha invertido tanto dinero público en la construcción de un imperio mediático que se dedica a difundir el gran “relato” oficial. 

Desgraciadamente para él, parecería que los teóricos del socialismo siglo XXI nunca le han advertido  que a los practicantes de estas políticas populistas y demagógicas han de alternarse en el poder con los llamados  “ liberales”, esos sujetos desalmados que no vacilan en llevar a cabo esos ajustes antipáticos exigidos por las circunstancias, una empresa que tarde o temprano les costará la simpatía del electorado y de tal forma despejara el camino para el regreso triunfal de los populistas responsables del desastre. He aquí un contrasentido para socialismo del siglo XXI; el populismo es un brebaje que debería tomarse en dosis limitadas.

Credito
ROBERTO SHAVES- FORD D Economista PhD.

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