La otra honda de David

A lo largo de la historia los pueblos se han superado unos a otros en la guerra mediante innovaciones tecnológicas que operaban el milagro de que los menos vencieran a los más.

La “falange” macedónica, la legión romana, la armadura medieval, los cañones y los fusiles, los tanques y los aviones, fueron marcando así jalón por jalón, la sorpresiva victoria de aquellos que hasta su invención parecían los menos dotados. David venció a Golliat, después de todo, con la ayuda de una innovación revolucionaria en su tiempo: la honda, leve y mortal.

Pero la carrera tecnológica de los armamentos y las técnicas militares no alcanzan a explicar algunas guerras de nuestro tiempo. Siendo tecnológicamente inferior, Vietnam venció a los estadounidenses. Otro derrota se la imprimieron los afganos quienes venía de vencer a la Unión Soviética, es que hoy en el siglo XXI hay otra  “honda” por tener en cuenta, no tecnológica sino psicológica.  

Aún en condiciones inferiores  militares, un ejército puede vencer si sus miembros (pero no los mismos del ejército contrario) están realmente dispuestos a morir.

Para Vietnam hace ya más de cuarenta años, a ellos no les importaba la cifra de los muertos militares. Del otro lado-al que llamaré países civilizados y democráticos no pueden soportar la visión, el costo político de las bolsas de plástico que vuelven a casa. En ciudades civilizadas cuyos soldados fueron convertidos en escudos o unos campesinos tomados como un resguardo de protección guerrillera frente a un Ejército que avanzaba. 

Desde diversos partidos políticos (?) no vacilaron en criticar y detener el inmediato uso de las armas en manos de quien la ejecutaba con timidez pero con respaldo constitucional. Entonces, la única guerra posible para las naciones civilizadas como Colombia es la del aire, allí no se perturba la vida de los combatientes: Así se ganó la guerra del Golfo contra un dictador…

En otra palabra, a las naciones civilizadas como Colombia, no soportan, en suma las batallas de infantería. Pero sólo la infantería y no la aviación y tampoco el cañoneo lejano, permite ocupar “el territorio enemigo”. Si la Honda Mortal de David fue el Arma Mortal I, es entonces el grito tecnológico, la Honda II  el Arma el Mortal II, pero frente a esto las Farc, su Secretariado ha impuesto a su juvenil tropa a la muerte a ciegas. Así, en silencio, las Farc han preparado a sus combatientes (niños y Jóvenes) “sus vidas no vale nada, la Revolución es la base”, o si lo prefiere: “Socialismo o Muerte”, un espíritu guerrero, una virtud de la cual solo disfrutan los pueblos bárbaros. Contra las Farc y “otros pueblos  bárbaros” los Estados que tienen hipertecnología de armas y medios poderosos  detienen aún  a ese empleo porque confían y aman la vida del compatriota enemigo, porque han dejado atrás la cultura premoderna en cuyo centro no estaba el productor y el consumidor, sino destruir la vida del soldado. Hasta unos pocos años atrás, ganaban los que no tenía nada de perder

Roma era infinitamente más sofisticada y compleja que los bárbaros que la asediaban. Sus legiones, acueductos, sus leyes testimoniaban una cultura incomparablemente elevada. Pero Roma al fin cayó, sus legiones se habían convertido en “tigres de papel” ya no eran soldados…No es este el caso de Colombia.

Pacientemente espera un acuerdo. A sus espaldas una hipertecnología de armas espera… una Nueva Honda de David esta lista y un Presidente busca un oráculo que lo oriente.

Credito
ROBERTO SHAVES-FORD

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