La danza del petróleo y las teorías conspirativas

Robert Shaves Ford

Una buena teoría conspiratoria siempre encuentra entusiastas partidarios y en esta ocasión Putin y abundantes medios de información rusos, teledirigidos desde el poder, sostienen fervientemente que Washington está detrás de la reducción de los precios de la energía con una clara finalidad: sofocar a Rusia, debilitarla económicamente. El gobierno de Putin tiene una dependencia inusitada del petróleo para desenvolverse, 52 por ciento de su presupuesto viene de la venta de ese producto.

La creencia rusa no tiene muchos partidarios en otras latitudes. Es convicción compartida que el descenso del precio de gas y petróleo obedece a menor consumo por la crisis, un invierno más suave en países muy consumidores y, sobre todo, a la creciente extracción de energía a través del fracking en Estados Unidos. Este país producía cinco millones de barriles diarios en 2008 y ahora extrae 11 millones y puede exportar tres millones. La Opep dirigida por el saudita Ali al-Naimi se ha negado a recortar la producción. Acarree con ello una lógica caída del precio, y el saudita apunta como responsable de su negativa a Rusia. Cree que de nada valdría reducir su oferta si Rusia, asfixiada, continuaba colocando barriles en el mercado. “¿De qué sirve reducir mi producción si otros no hacen lo mismo? Yo reduciré mi cuota de mercado, ¿y qué ocurrirá? Los precios subirán y los rusos, los brasileños y los productores de Estados Unidos se llevarán mi parte”.

El ministro saudita ha tenido un curioso recorrido verbal. En Septiembre, con el crudo ya cayendo, afirmaba que el tema no le preocupaba, en Noviembre que iba a trabajar para estabilizar la situación y hace unos días, con el precio ya en 52 dólares, manifiesta que “si el precio cae a 50, 40, tampoco lo preocupaba pues el costo de producción de un barril es para los Saudí de USD 10 dólares. Los que pierden con el actual 50 por ciento de desplome del precio son varios “sospechosos habituales” de Estados Unidos, a saber : Rusia, Venezuela e Irán. El país de los ayatollas está perdiendo mil millones de dólares al mes. El petróleo representa el 96 por ciento de las exportaciones venezolanas, Maduro, que ve su inflación en un 60 por ciento deberá ajustar el valor del Bolívar y conseguir de sus “aliados” 25 mil millones para sobrellevar el año. En marzo vence una deuda de Euros de mil 100 millones y en septiembre otra, de también euros por cinco mil 500 millones. Si devalúa para soportar la crisis ello traerá mayor inconformismo y más desabastecimiento. La economía cubana sin la ayuda de Maduro está para pocas alegrías. En Rusia, si las sanciones que se le aplicaron por su maniobras en Ucrania han dañado su economía, la bajada del petróleo lo es mucho más. Un estudio del Financial Times concluía que Rusia necesitaba el petróleo a 110 dólares para equilibrar su presupuesto, Irán, 130, Venezuela 160 y Colombia 87.

Si continúa a 60 habrá reajustes económicos con consecuencias poco deseables.

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