La Teoría del ‘Dominó’

Robert Shaves Ford

En 1947 el funcionario del Departamento de Estado George Kennan se dio cuenta de que Stalin se hizo con el poder tras ganar la Segunda Guerra Mundial mediante la famosa teoría del dominó por la que un país iba cayendo detrás de otro en el bloque soviético. Sin embargo, el diplomático estadounidense nunca entendió las diferencias entre el comunismo del camarada Mao y el del camarada Stalin. Ese error de diagnóstico desencadenó la Guerra de Vietnam, uno de los muchos fracasos de la política exterior estadounidense.

Ahora, el mundo hacia el que vamos, es decir, el mundo a 50 dólares el barril de petróleo, el mundo en el que China cada día que baja un dólar el precio del crudo, se ahorra dos mil 100 millones de dólares anuales, el mundo en el que el gas tiene cada día más importancia y el oro negro menos, genera unas realidades y unas conexiones que nos cuesta entender.

En Europa corren vientos de Guerra Fría, en América comienza un “aire” caliente. Un invitado inesperado empieza a condicionar todos los equilibrios políticos y sociales de la UE. Los rusos, tanto tiempo ausentes, han vuelto al continente europeo. Los chinos son ya el principal actor económico de la zona y, en medio, se está trasladando la teoría del dominó a un terreno impensable hace solo dos años.

Una caída en el precio del petróleo de más del 50% en el último año demuestra que la alternativa del diablo en la que se han metido ciertos países tendrá consecuencias inmediatas para América y Europa. Además, hay que contar con el arma del gas. Por ejemplo, el 17% de la producción mundial de este combustible, del que Europa importa 400 millones de metros cúbicos y el 40% pasa por Ucrania, es rusa. Pero aún más importante, las balanzas del poder se mueven de manera diferente y mientras sigamos así y gracias a la amenaza del Estado Islámico en Siria e Irak, Irán se convierta en una potencia moderna junto con los Saudís y todos los Emiratos y entonces resultará que el precio del petróleo y, como consecuencia el repunte del costo del gas, harán más rica a China, más pobre a Rusia, más pobres a los demás y el nuevo mapa es más claro.

En ese sentido, los países productores de energía como México, Brasil, Venezuela y Colombia deben entender que no sólo tienen que luchar contra ese virus congénito llamado corrupción, sino que ya no contarán con el petróleo para equilibrar sus presupuestos y necesidades sociales. El futuro político y económico de Caracas está estrechamente relacionado con el oro negro y no hay que olvidar que su deuda externa alcanza ya cifras multimillonarias y no tiene prestamistas, solo canje por petróleo, donde China con más de 40 mil millones dados en armas, obras públicas pero nada en líquido mira a Maduro con preocupación.

Las protestas mundiales ya no son explosiones primaverales como ocurrió en los países musulmanes. Forman ya parte de la ecuación del desorden mundial del siglo XXI.

Comentarios