“Adiós muchachos”

Robert Shaves Ford

El orgullo es hermano mayor de la soberbia y la arrogancia, con ellos Cataluña pronunció varios discursos altaneros y altisonante contra el Reino de España buscando con la sola voz su separación definitiva de España. Quiero decir que una declaración de independencia no llevará a la creación de un Estado republicano separado de España, con soberanía propia y revestido de las atribuciones correspondientes, reconocido por los Estados más importantes del mundo. No ocurrirá porque no se dan las condiciones y porque en Europa, desde la Paz de Westfalia para acá, no se han variado nunca las fronteras, salvo acuerdo voluntario, sino en el marco o como consecuencia de confrontaciones bélicas. Y no parece que haya nadie que esté dispuesto a llevar el conflicto a ese terreno ni que ningún Gobierno responsable vaya a dar facilidades para la demolición de la unidad constitucional y la fragmentación de España.

No conviene, sin embargo, dejarse llevar por la idea de que, en este contexto, la declaración de independencia no será mucho más que un desahogo de los nacionalistas, con meros efectos simbólicos. El Gobierno catalán, todas las instituciones que están bajo su control y muchos ayuntamientos de Cataluña pueden tomarse en serio la representación y continuar por la senda abierta de hacer desaparecer el Estado español de aquel territorio, pero una cosa es la opinión de Puigdemont, Homs y muchos otros responsables del “procés” que desean dinamitar el mapa político y lo han puesto en manos de grupos antisistema, desconcertando a un electorado que le había sido fiel durante muchos años.

Hoy la sociedad catalana está fracturada, y el catalanismo moderado desaparecido, porque en este momento no es garantía para frenar al independentismo. Si Cataluña se “separa”, grandes empresas que temen por su seguridad jurídica, Banco Sabadell, CaixaBank, Fundación La Caixa, Abertis, Catalana Occidente, Naturhouse, Dogi, Gas Natural, Colonial, San Miguel, Editorial Planeta se marcharan a España y con este alejamiento la calificadora de riesgo S&P ubicará a la “nueva Cataluña” en el mismo nivel económico financiero que Zambia, Camboya, Jamaica, Ruanda y Camerún (Un buen vecindario). Cerca del 42% de su PBI se marchará, pero a los soberbios solo les importa que ellos tengan la razón y de seguro que el lunes Puigdemont, Homs propondrán un “diálogo” mediante el cual desean quedar bien con los separatistas pero se exponen a que Madrid decrete la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española declarando a Cataluña como “Provincia Intervenida”...

De otra parte, tampoco el gobierno de Rajoy ha estado a la altura. Sin ley no hay nada, pero sólo con la ley tampoco. No se ha evaluado el alcance de la situación y se ha errado en el discurso, que no ha tenido en cuenta el factor emocional. Puigdemont, un aficionado al tango, lentamente tararea “Adiós muchachos” y las empresas catalanas le hacen coro… pero de salida.

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