China ó India

Robert Shaves Ford

¿Cuál es la gran economía que más crece en el mundo? Es un gigante con una de las mayores poblaciones, que vive un boom de la construcción, con problema de corrupción crónica, su sector financiero en situación incierta y su actividad marcada por el proteccionismo y el intervencionismo fomentados por el Gobierno. Suena a China. Es lógico hablar de ese país justo cuando su presidente, Xi Jinping, acaba de conseguir la eliminación de los límites a su reelección. No lo es: es India.

En el cuarto trimestre de 2018, el PIB indio creció un 7,2%, cuatro décimas por encima del de China. La comparación no es tan buena para India como señalan las cifras del PIB.

Si Pekín está creciendo menos es en buena medida por su decisión de mover su modelo económico de la producción industrial a los servicios, y de la exportación al consumo interno. China está acercando su modelo al de los países desarrollados.

El hecho de que Pekín esté invirtiendo cifras inimaginables en energías renovables en detrimento del carbón, es una muestra que China ya no es una economía emergente.

Además, China parece estar tomándose en serio el saneamiento de su grande y caótico sector financiero, que se había inflado aún más con la respuesta dada por el Gobierno de mantener el crecimiento a toda costa tras la crisis financiera de 2008.

En India, la construcción ha sido uno de sectores que explican el repunte del PIB. Y su sector financiero sigue teniendo problemas, como ha quedado claro con el descubrimiento de un fraude de 2.000 millones de dólares, en el banco estatal Punjab National Bank. El 70% del sistema bancario indio está en manos de entidades estatales.

Las noticias del fraude en esa entidad llegan cuando China trata de solucionar el colapso de dos de sus mayores aseguradoras, HNA y Anbang. Esta última tiene una presencia enorme en el extranjero, que incluye al hotel Waldorf Astoria, en Nueva York.

Es muy probable que Pekín tenga que rescatar a más empresas financieras, porque Pekín está incentivando el crecimiento de grandes sus compañías.

La situación y los problemas de los dos gigantes asiáticos, es un reflejo de sus sistemas económicos e institucionales. India es una democracia y, como tal, es mucho más caótica. China es una dictadura cada día más dura. Es cierto que, al comparar el historial económico de ambos países, el segundo sale ganando. Pero no lo es menos que, precisamente debido a su carácter democrático, India sea mucho más transparente.

En ese país parece improbable, por mucha corrupción que haya, un maridaje entre empresas y Gobierno como el de Anbang y HNA. Si Pekín quiere convertirse en una superpotencia, no le vendrá mal distanciar política de empresas. El que lleve una ventaja muy clara en la carrera con India no significa que siempre vaya a ir por delante.

Comentarios