La adopción rosa

Sinforoso

Sinforoso estuvo dialogando con su prima Sandy Roberto, una travesti fabulosa, directora de la Orden del pétalo rosa, y quien, sobre la adopción gay, comentó:

Mamita, el tema está que arde, pero es que la gente cree muchas cosas raras sobre nosotras. Déjame te cuento algo sobe mi cofradía. Yo soy una loquita regia, y solo me acuesto con varones bien machos. Empecemos por ahí. Mis amantes tienen esposa e hijos, son ingenieros, abogados, jueces, soldados, policías, choferes de taxi, todos machotes, machotes. Varones heteroconfundidos, heterocuriosos o heteroflexibles.

De los “hombres que se echan con varones”, como dijo el apóstol que escribió Corintios, las locas no sumamos ni siquiera el cinco por ciento, y menos mal mijita, porque terminaríamos de areperas entre nosotras, y eso ¡primero muerta que bañada en sangre! Nosotras las arepitas, si acaso de Promasa. Vaya pregúntele a ese otro 95%, si se sienten muy homosexuales… ¡Jamasa Tomasa! ¡Lo que diga mi general! Ni cinco. Entonces ¿quién es más sano mentalmente?

Una que se levanta regia y loca desde que amanece hasta el otro día… o todos esos que son varones, confundidos por horitas. Si las mujeres conocieran bien el fenómeno ¡brutas corran y pregunten donde está su marido en estos momentos! Mínimo contratando un personal trainer para que les saquen músculos en el Barbie Tech.

Otra cosa rara que tiene la gente en la cabeza, es que la homosexualidad es una enfermedad contagiosa. Que una adopta y le da un pico al chino y ¡Zas! Hay que comprarle el vestido de quinceañera. Déjame decirte querido primo Sinfo, que mi papá jamás me abrazó ni me besó, y yo salí más loca que una foca, bella cual camella y hermosa como las mariposas. Con eso te digo que son los heterosexuales quienes procrean niños homosexuales. ¿Alguna vez ha visto a una loquita peleando con el papá porque le quitó la pestañina? ¡Nunca!. Yo supe que era diferente cuando dejé de ver a Rambo y quedé fascinada con los elfos y la comunidad del anillo.

Otra idea absurda, es que los homosexuales somos pedófilos, y queremos adoptar para poder abusar de los niños. ¡Hay que ser muy bruta en esta vida! La pedofilia es aberrante y no tiene que ver con la homosexualidad. A una le gustan los hombres grandotes y fortachones por lo general, o por lo palomino mijita. Un hombrón que lo deje a una como trocha e´ mulas en invierno, como crispeta coreana, como resbaladero de cocodrilo. No un niño. Vaya y mire cuantos heterosexuales abusan de sus hijos. No se puede estudiar tanto para confundir homosexualidad con pedofilia. Mañana dicen que los adoptados por nosotras, salen con hemofilia.

Y los que piensan que se adopta para poder tener sexo gratis en la casa, estudiaron economía en la San Marino. Con lo que cuesta mantener un muchachito se levanta una en la semana 17 taxistas, dos notarios, cinco policías, dos ingenieros, y queda para tomarse una cervecita donde Jorg´s, antes de que se vuelva a convertir.

Otra cosa que la gente no quiere reconocer prima, es que cuando sienten el horror de la adopción gay, están pensando en dos hombres y no en dos mujeres. Si uno lo ve bien, dos mamás, son mejor que una, pero dos papás no parecen adecuados. Déjame decirte que, como Dolce&Gabana, hasta comparto la preocupación, pero no es por la condición gay, sino por la condición masculina. Los hombres somos perras, usemos falda o no. Ese deseo de cuidar niños no es propiamente muy masculino, y si piensan que vamos a salir corriendo en pantuflas para adoptar a los 4.700 niños que tienen encartado al Bienestar, pues que vayan haciendo fila y todos humanitarios, organicen ya una “Adoptatón”, y los salven de tan macabro destino.

Hola Sinfo, y todos esos cristianos que andan pontificando, esos si me tienen muy triste. Yo no me imagino a Cristo saliendo con pancartas por la tercera gritando: “Adopta un niño y mata una loca”. ¡Jamasa gorda! Uno los oye hablando de nuestras pecaminosas conductas con tal vehemencia, que es difícil identificar de cuál fruto del espíritu se desprenden sus opiniones: si del amor, el gozo, la paz, la paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza y todos esos dones que abundan tanto en las iglesias.

La semana pasada reunieron todo el loquerío de la 19, para sacarnos el demonio y volvernos hombres, y que adoptemos un sano matrimonio bíblico, de esos que si pueden adoptar. Aun no sé cuál matrimonio bíblico escoger mamita, si Adán, que dejó embalada a la mujer con una serpiente, o si Abraham, que ofrecía a su esposa en venta a cuanto pueblo llegaba, o Jacob, que tuvo hijos con sus dos esposas y las dos esclavas sexuales que tenían, o tal vez debe ser un matrimonio digno del linaje de David, que mató a Urías para poder fornicar con su esposa, o tal vez como Salomón, que tenía 700 esposas y 300 concubinas, o como José, que adoptó el hijo de una paloma… ¡y luego dicen que la loca es una!

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