¿Empleo o “rebusque”?

El DANE ha dado los resultados del “mercado laboral” para el cierre de 2012, y los principales análisis se han enfocado en mirar si el desempleo ha bajado de dos dígitos.

No obstante, la ocasión se presta para ir más allá: ¿Cuáles son los alcances de la política económica actual tanto en cantidad como en calidad del empleo? ¿Qué sectores son los principales generadores? ¿Permanece un desempleo insoluble y estructural en la economía nacional?

Empecemos por mirar el desempleo promedio de los tres últimos años. En 2010, fue del 11,8 por ciento; en 2011 del 10,8 por ciento y en 2012 del 10,4 por ciento. Es decir, luego de casi el 60 por ciento del periodo del gobierno de Santos, la reducción del desempleo es tan sólo del 1,4 por ciento. ¿Cómo se ha llegado a este porcentaje? En agosto de 2010, el número de ocupados era de 19,318 millones de personas, y 21,040 millones en diciembre de 2012, un aumento de 1,722 millones. Esa cifra corresponde a 1,517 millones de personas que, entre esos meses, se han incorporado como económicamente activas; más 205 mil adicionales que dejaron de estar desocupadas en ese periodo, las cuales rebajaron de 2,427 millones a 2,222 millones.    


En segundo lugar, ¿cuál es el tipo de empleo creado? De los anexos de la encuesta se puede sacar que los empleados de empresas particulares han aumentado en 905 mil; los trabajadores por cuenta propia (muchos de ellos rebuscadores) en 536 mil; y los distintos tipos de ocupados sin remuneración, domésticos y en empresas, en 125 mil. Entre estas tres ocupaciones cubren, al menos, 90 por ciento de los nuevos puestos.


¿En qué renglones de la economía se ha incrementado? En la industria, cerca de 300 mil; en el comercio en 572 mil; en actividades inmobiliarias, 216 mil; y en construcción y servicios, 150 mil cada uno. Hay que denotar que las “locomotoras” más promocionadas, minería y agronegocio, apenas han subido en 10 mil y 62 mil, respectivamente, ni el cinco por ciento de todos los trabajos generados en los 28 meses estudiados.


¿Qué puede concluirse de los datos anteriores?  La estrategia central del gobierno, “las locomotoras”, no ha derivado en generadores de empleo; las variables estructurales, informalidad y desempleo estructural de dos millones de personas, no se han modificado y, finalmente, no aparece una perspectiva positiva, y es peor aún si la política económica, que tiene como eje la inversión extranjera, se presenta como inamovible. Por ahora, Santos, más que creador de puestos de trabajo, es un promotor del “rebusque”.  

Credito
AURELIO SUÁREZ MONTOYA

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