Por el lecho del Mohán, una oportunidad para repensarnos el agua

Este documental realizado por la corporación Creandes en 2013 y dirigido por dos mujeres documentalistas: Adriana Marulanda y Yamyle Ramírez

Es un acercamiento etnográfico a la cosmovisión del pueblo indígena Pijao del sur del Tolima, que constituye una apuesta por leer, comprender, identificar y representar a través de la imagen en movimiento un fenómeno social importante, o mejor, significativo para estas comunidades en su forma de vida.

Este documental es un ritual en su conjunto, desde el taita chamán, sanador, con sus cantos y actos simbólicos, pasando por las acciones de la pesca y el recuento que hacen los pescadores de sus encuentros y desencuentros con este personaje mitológico, que para ellos, hace parte de su cotidianidad, hasta sus reuniones en la noche alrededor del fuego donde transmiten a los niños todos esos relatos orales y creencias sobre el Mohán.

De igual forma, este documental constituye una pieza importante para la reconstrucción de la memoria de este pueblo guerrero que ha sido históricamente marcado por la violencia y se ha destacado por su resistencia ante los españoles conquistadores y en el tiempo reciente, por ser resistente a más de 60 años de violencia en Colombia, al conflicto armado y a las hidroeléctricas que quieren hacer su entrada en estos territorios, acabando con el agua y las reservas naturales. En este sentido, resulta valioso, rescatar un relato de la propia comunidad en un lugar donde multinacionales, Ejército, Gobierno y grupos armados al margen de la ley se disputan por la verdad y una única versión de ese paisaje.

Así mismo, es una reivindicación con la imagen y la cosmovisión que se tiene del Mohán, pues la mirada occidental sataniza por completo al personaje mitológico, mientras que aquí se muestra una imagen ancestral, cercana y amiga al pueblo pijao y sobre todo, una imagen de un Mohán defensor de la naturaleza, de la madre tierra, un Mohán reencarnado en el valioso e indispensable recurso del agua.

Es necesario resaltar la aparición en escena de la mohana como una visibilización del papel de la mujer indígena como conservadora del planeta y sus afluentes, y como una persona líder dentro en estas comunidades de indígenas y pescadores, pues la mujer en nuestra sociedad occidental, patriarcal y machista, ha representado siempre la fragilidad y la sumisión ante el hombre.

De otro lado, y sin que sea la pretensión de sus realizadoras, este documental se convierte en un importante documento de denuncia sobre la explotación del territorio y de sus recursos hídricos por parte de las multinacionales y del modelo neoliberal instaurado en Colombia.

Esta denuncia aparece de una manera natural, espontánea y sutil, que va surgiendo en las conversaciones cuando señalan que el Mohán ya no está apareciendo, se está yendo, se extinguirá, algún día dejará de jugar con ellos, cuando se vaya junto con el agua por culpa de las hidroeléctricas.

Y es que el daño que dejó la represa de Betania no deja de estar presente en sus vidas cada día que sufren la sequía que trajo consigo este megaproyecto. Hoy las comunidades indígenas y campesinas de Planadas ante los proyectos HidroPlanadas e HidroAndes se están organizando y uniendo fuerzas para hacer resistencia ante esta invasión a su territorio, vivo ejemplo de ello fue la manifestación de más de tres mil personas en dicho municipio el pasado abril, suceso que registró este diario. Allí al unísono los planadunos dijeron que no permitirían la construcción de estas obras. Un mensaje que deberían considerar y respetar las autoridades territoriales y ambientales del Departamento, que han tenido, en apariencia, una posición firme de rechazo ante Anglo Gold, pero que han permitido que esto sea un sofisma de distracción detrás del cual se están metiendo las hidroeléctricas. Ojalá despierten antes de que el Mohán nos dé una lección a todos los tolimenses.

Credito
CAROLINA TRIANA

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