Me gustan los estudiantes, porque son la levadura …

libardo Vargas Celemin

No sólo del pan que se consumirá mañana, sino también del impulso a las multitudes que fraguan países, sin la manipulación de políticos mañosos, que incitan al odio con la mentira y el descaro y pretenden llevarnos de nuevo a los cauces de la violencia, con las falacias surgidas de los laboratorios de una publicidad engañosa.

Han sido los estudiantes con su desparpajo, su vitalidad e imaginación, quienes han logrado grandes conquistas sociales y políticas, desde las luchas iniciadas en la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) en 1918, donde se fijaron muchos de los principios rectores de las universidades públicas latinoamericanas como: autonomía universitaria, concursos públicos de docentes, gratuidad de la enseñanza y libertad de cátedra. Aunque algunas de estas reivindicaciones no se hayan logrado plenamente.

En Colombia hace solo cinco años, los estudiantes universitarios liderados por la Mane (Mesa Amplia Nacional Estudiantil) libraron una dura batalla para derrotar la Reforma a la Ley 30 y construyeron la propuesta de la “Ley de Educación Superior”, que fue hábilmente desconocida por el Gobierno central. La Mane logró movilizar miles de estudiantes con acciones no violentas y gran creatividad, hasta el punto de recibir un apoyo masivo y finalmente la decisión del gobierno de Santos de suspender la Reforma.

Estos dos ejemplos, entre muchos otros, demuestran la capacidad que han tenido los estudiantes para jalonar sectores de la llamada sociedad civil y, demostrarle al sistema que son actores de primer orden e interlocutores necesarios, cuando se trate de fijar políticas de Estado. Por esta razón resulta alentador que sean precisamente los estudiantes, en alianza con los indígenas y las víctimas del conflicto, quienes estén al frente de las marchas que se han desarrollado en los últimos días, exigiendo el cumplimiento de los acuerdos firmados con la Farc.

“La marcha de las flores” realizada la semana anterior en Bogotá, con consignas como “Acuerdo ya”, “Acuerdo firmado, acuerdo respetado”; deben haber generado preocupación en el Centro Democrático, partido que se abroga el derecho de ser el ganador del plebiscito. Y tienen razón de temer, aunque las movilizaciones no han entrado a desenmascarar directamente al senador Uribe, si hay muchas personas que votaron por el No o se abstuvieron, y han comprendido su equivocación, cuando voces externas como la del New York Time, afirma de que “Es el hombre que está bloqueando la paz en Colombia”, y otras voces en Colombia denuncian las verdaderas intenciones de la renegociación en busca de su propia impunidad.

Por eso “Me gustan los estudiantes/, que rugen como los vientos” diciéndole a los guerreros de siempre, que estos acuerdos no tienen reversa, y que ellos los defenderán “porque el pueblo se lo merece y el acuerdo permanece”.

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