Por las autopistas del cinismo y el macartismo

libardo Vargas Celemin

Las declaraciones dadas a Noticias Caracol por el candidato a la presidencia, Germán Vargas Lleras, sacudieron el cotarro político y comenzaron a desenmascarar las intenciones y mecanismos que tendremos que soportar durante la campaña política de 2018.

Parece una actitud desesperada de un candidato mimado por la burguesía colombiana, como lo ha sido Vargas Lleras, quien en su afán de conseguirse unos votos, ahora reniega del gobierno en el que le han dado tantas dignidades, sin meritocracia alguna, y lo hace después de usufructuar el poder por varios años y ser el líder de una asociación de politiqueros y corruptos, que ha fungido como partido y de la que el escritor Fernando Vallejo dijo en 2015 “Cuál cambio, cuál radical, si esto siempre ha sido aquí lo mismo, el reparto del botín de los puestos públicos y sus contratos entre un grupo de bellacos amafiados”.

Cambio Radical, fundado en 1998, pronto mostró la casta de sus líderes regionales. El primero fue “Kiko Gómez” gobernador de la Guajira a quien se le condenó por tres asesinados, después fue Oneida Pinto, también gobernadora de este departamento, esta vez por cuatro delitos en la firma de contratos dirigidos a la salud y la alimentación de los niños pobres de la península, que hoy ocupa el primer lugar en desnutrición y mortalidad infantil. Así este partido se convirtió en el campeón de los avales a corruptos, situación que aprovecho Vargas Lleras para evadir la responsabilidad política que le cabe y optó por recoger firmas.

El presidente Juan Manuel Santos en un acto de solidaridad de clase, nombró a Vargas Lleras como su vicepresidente y lo dotó con la mejor cartera ministerial, llena de proyectos de infraestructura vial y dólares suficientes para cumplirle a los gringos los compromisos del TLC. Adicionalmente le entregó el Ministerio de Vivienda para que le desarrollara su propuesta de casas gratis para sectores populares. Con este botín aseguraría la presidencia.

Parece que la encuesta realizada por Semana y Caracol lo pusieron nervioso y se destapó. Emitió temerarios juicios sobre la Justicia Especial de Paz. Nos recordó la práctica macartista de acusar infundadamente a los contradictores políticos con mayores posibilidades de triunfo. Además, sutilmente esbozo posibles alianzas que se están fraguando para llegar al poder y detener el proceso de Paz, mediante la unión de la derecha colombiana.

Cínicamente expresó que llevaba varios años haciendo política, sin embargo, la Procuraduría no lo ha investigado, pues él era empleado público y no podía hacerlo. Finalmente, en una impúdica actitud salió cobrándonos a los colombianos las dobles calzadas que se hicieron en su Vicepresidencia y las supuestas 450 mil viviendas, muchas de las cuales no se ha iniciado su construcción.

lcelemin2@gmail.com

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