El trueque fue una de las primeras formas de intercambio que se inventó el hombre para suplir sus necesidades con los excedentes de otros productores, sin necesidad del dinero, hasta que apareció éste como mecanismo de referencia, hace más de cinco mil años, por los lados de Mesopotamia y Egipto.
Pedro Pablo Kuczynski, elegido en 2016 como presidente del Perú, es un economista y experto en finanzas que resultó enredado con los negocios de Odebrecht. Al haber negado su vinculación como asesor de la multinacional brasileña, fue llevado a juicio el pasado 21 de diciembre. Parece que gracias a su burda astucia echó mano de esa antigua forma de negociar y salvó su puesto.
No necesitó darle mermelada a ningún senador, como ocurre aquí en Colombia, sino que canjeó el indulto de Alberto Fujimori por el apoyo de una disidencia encabezada por el hijo de este, Kenji, quien se abstuvo de votar la salida del presidente y arrastró a nueve senadores más, que inclinaron la votación para que continuara Kuczynski.
Fujimori había sido condenado por diversas matanzas y secuestros durante su mandato, especialmente los 25 muertos de Barrios altos (1991), Cantuta (1992) Pativilca, entre otros. Estos asesinatos fueron clasificados como “delitos de lesa humanidad”, es decir, “se refieren a aquellos que por sus características y naturaleza ofenden y agravian a la humanidad en conjunto”.
Pese a lo anterior, el presidente tramitó en forma acelerada una solicitud elevada por Fujimori (hijo), quien la había presentado el 18 de diciembre, tres días antes de la votación.
Lo más indignante para muchos de los que hoy protestan contra esa decisión es el hecho de haber votado por Kuczynski en el 2016, quien prometió no aprobar dicho indulto. Sin embargo, el argumento o la disculpa del presidente, es que se hizo por recomendación de una junta médica que conceptuó que:
“Fujimori padece de una enfermedad progresiva degenerativa e incurable y las condiciones carcelarias significan un grave riesgo para vida, salud e integridad”. Entre los integrantes de esta junta científica figuraba un médico personal del expresidente.
Los primeros en protestar fueron los familiares de las víctimas, quienes anunciaron que apelarán ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La ONU y voceros de Human Rights también se manifestaron por este exabrupto, que constituye un riesgo al cumplimiento de los Tratados de Roma, pues se abre una puerta para que presidentes como Kuczynski hagan uso político de esta norma, se burlen del concepto de “lesa humanidad” y generen impunidad.
En el Perú, igual que en Colombia, increíblemente hay partidos que cohonestan con crímenes de estado, por eso Kuczynski recibió apoyo de quienes defienden a estos líderes asesinos y se olvidan de las víctimas porque generalmente son del pueblo.
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