Por su coherencia lo conoceréis

libardo Vargas Celemin

La coherencia en el discurso oral o escrito, entendida esta como la organización y unidad de los sentidos y significados, nos permite conocer los principios y los valores que subyacen realmente en los textos de quien se expresa.

Para los teóricos esta es una de las funciones más importantes del lenguaje, puesto que, además de la claridad y competencia comunicativa, permite establecer el pensamiento lógico que la sustenta.

Para aterrizar y, dado que existe la necesidad en esta época electoral de conocer las verdaderas intenciones de los líderes, he realizado la selección de algunas frases de un reconocido político colombiano, como un rápido ejercicio de lo dicho anteriormente.

“La vida de los hombres no se puede manchar con presunciones que no reposan en el conocimiento de la verdad”, escribía hace unos años, refiriéndose a una de las tantas denuncias puestas contra él, no solo ante la justicia colombiana, sino también ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Sin embargo, él se ha caracterizado por lanzar “calumnias” contra periodistas y políticos, cuyos procesos se han archivado a excepción de unas pocas rectificaciones que ha tenido que hacer.

“Yo soy un combatiente por los intereses supremos de esta patria”, dijo alguna vez, y es momento de solicitarle que haga efectivo su enunciado, pues en la actual coyuntura esa patria necesita de la grandeza de sus hijos y espera que este líder indiscutible reflexione, deje de lado sus intereses, también los de su grupo y decida combatir por el beneficio supremo de la paz, como la necesidad más sentida de la sociedad colombiana.

“Debemos respetar la justicia como elemento tutelar de nuestro Estado y las acciones de la fuerza pública deben coordinar con quienes la administren”. Este planteamiento que se le escuchó antes de que la Corte Suprema de Justicia, en una de las investigaciones que retomó, decidiera no manchar el nombre de un parlamentario y, por el contrario, revertir las investigaciones para que su acusador, respetuoso de la justicia, respondiera por la manipulación de los testigos, en este juicio que llevaba cerca de cuatro años “engavetado”, en un escritorio de un magistrado, actualmente envuelto en una investigación por presuntas faltas contra la ética de su oficio.

“Sigue el ánimo persecutorio de la Corte Suprema de Justicia (…) seguiré en búsqueda de personas que me ayuden a esclarecer la verdad, a desvirtuar el ataque artero”, dijo esta semana el innombrable, como un acto de desobediencia, siguiendo su estrategia de desacreditar la justicia colombiana y retar a los magistrados para que no esclarezcan los hechos.

Como puede verse fácilmente, este protagonista de nuestra historia reciente es un claro ejemplo de incoherencia en su discurso, lo que pone en tela de juicio la veracidad de lo que dice.

lcelemin2@gmail.com

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