“La ley de financiamiento”, un eufemismo perverso

libardo Vargas Celemin

El eufemismo se define como el cambio de palabras que pueden ser inoportunas o molestas, sustituyéndolas por otras más agradables. Como toda reforma tributaria causa rechazo, el gobierno ha cambiado estas dos palabras nefastas y las sustituyó por: “Ley de financiamiento”. Con esta frase pretenden enmascarar una serie de mentiras, abusos y falacias.

Una de ellas expresada por un alto funcionario de la Dian, cuando afirma que el objetivo es: “liberarles las cargas a los colombianos, de modo que se dinamice la economía, las personas consuman más y se desarrollen más empresas”. ¿Será entonces que el IVA a los productos de primera necesidad va a generar la proliferación de restaurantes y, por ende, más empleo y mejor índice alimentario?, o será que a partir de 2019, los “corrientazos” bajarán de precio y aumentarán sus porciones?.

Solo en la cabeza de técnicos arrodillados ante las élites del país y apoyados por una clase política corrupta, pueden sustentar tamañas mentiras. Durante los debates que se aproximan, aparecerán los magos con cifras predicando las bondades de las reformas, mientras la desnutrición, el desempleo, la carencia de salud y otras necesidades básicas seguirán incrementándose ante la voracidad de una clase dirigente que no piensa sino en ellos y nunca en sus electores.

Sin ser economista, ni experto tributario, el colombiano de estratos bajos con una simple regla de tres descubre las cifras que mermarán sus ingresos en nombre de unas supuestas intenciones de disminuir la diferencia de clases, pero que en realidad buscan que la clase media se iguale con los extractos más bajos y unos pocos sean los más ricos. Existe un hueco fiscal, no se puede negar, pero no provocado por las privaciones de “los de abajo”, sino por el despilfarro, la corrupción y la incompetencia de no lograr la inclusión social de todos en el desarrollo de Colombia.

Aunque 10 millones de colombianos llevaron a un mitómano al poder y a su séquito de corruptos, es hora de rectificar el error e iniciar una cruzada para impedir su aprobación y, en su defecto, que se busquen alternativas como un control verdadero a los evasores, se reconsideren las exenciones, se recorten gastos, se convierta la lucha contra la corrupción, no en una frase retórica de quienes en la práctica encubren a los saqueadores del erario, al igual que un recorte efectivo en los gastos de una guerra que ellos azuzan entre bambalinas.

Reforma tributaria o ley de financiamiento, como dice el dicho popular “es la misma perra con distinto pompón”, pero esta vez se les fue perversamente la mano y quieren golpear a todos los sectores populares engañándolos, al igual que en la Conquista con los espejitos, esta vez de las devoluciones.

lcelemin2@gmail.com

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