Esto significa que si bien las elecciones se resuelven alrededor de problemas regionales y locales, el efecto polÃtico es nacional y se dará a partir de los agregados nacionales.
Una primera, se libra de manera soterrada al interior del denominado Partido de la U entre los sectores más próximos al ex presidente Uribe y aquellos que consideran que no sólo el Presidente Juan Manuel Santos es el jefe natural del Partido de la U, sino que es con él con quien deben tener su solidaridad total y a quien deben seguir en sus directrices.
Es ampliamente conocido en los ambientes polÃticos que al interior de ese Partido ha habido diferencias alrededor de iniciativas legislativas del Gobierno y es claro que el Presidente va a requerir un partido más cohesionado para apoyar el desarrollo de polÃticas que pueden marcar el derrotero del gobierno como el desarrollo de la polÃtica de restitución de tierras, y eventualmente el cierre final del conflicto interno armado lo cual requerirá instrumentos como la ley marco para la paz.
La segunda controversia se llevará al interior de los partidos polÃticos de la coalición de ‘unidad nacional’; para nadie es un secreto que dependiendo del peso polÃtico de cada uno de estos partidos su capacidad de influir al interior de la coalición de gobierno se hace más evidente –lo que no significa representación polÃtica en el gabinete, pues esto es una función discrecional del Presidente-.
Por ahora el partido con mayor peso especÃfico es el partido de la U, pero dependiendo cómo le vaya a los otros partidos –especialmente al Liberal y a Cambio Radical- pueden aumentar su peso polÃtico.
En últimas la controversia es si seguirá pesando más la influencia liberal en la orientación del gobierno –que al parecer es con la que se siente más cómodo el Presidente Santos- o si por el contrario toma importancia una influencia más conservadurista al interior del mismo.
El Partido Verde en buena medida se juega su importancia polÃtica con lo que suceda en la disputa por la AlcaldÃa de Bogotá, porque si bien es posible que ganen otras gobernaciones como la de Antioquia, se puede tratar de expresiones verdes que no necesariamente comparten la actual orientación del Partido.
Similar al interior del Partido Conservador se tratará de resolver la tensión entre los sectores más próximos a la actual dirección del mismo o aquellos cercanos al ex presidente Pastrana. Igual será importante qué pase con los partidos más vinculados a la parapolÃtica.
La tercera, se plantea en el campo de la izquierda polÃtica. Es claro que el Polo Democrático Alternativo va a tener unos resultados electorales muy precarios, especialmente por el desastre de la AlcaldÃa de Bogotá –pese al esfuerzo muy positivo de la alcaldesa encargada Clara López por enderezar las cargas-, pero lo que está implÃcitamente en tensión es cómo valorar el resultado del PDA con el que obtengan ‘Los Progresistas’ que lidera Gustavo Petro, que si obtienen un resultado favorable se convertirán en los representantes de una nueva izquierda polÃtica con peso en el panorama nacional. Por supuesto eso está altamente ligado al resultado de las elecciones de Bogotá tanto para alcaldÃa como para concejo distrital.
Entonces las elecciones de fin de mes van a tener significados y efectos polÃticos, más allá de la elección de mandatarios y representantes; probablemente va a rediseñar el panorama polÃtico nacional.
En las elecciones del 30 de octubre además de la escogencia de los gobernantes regionales y locales y de los miembros de las corporaciones respectivas, se van a dirimir una serie de tensiones implícitas en varios de los escenarios de la política nacional y aunque no son aceptadas por los protagonistas, para la mayoría son controversias o pulsos de fuerza que se buscan dirimir.
Credito
COLPRENSA
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