Francia: Ganan los socialistas pero poco cambia

Este primer domingo de Mayo es la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas y todo vaticina un triunfo apretado del candidato socialista François Hollande, frente al actual presidente Nicolás Sarkozy; prácticamente todos los candidatos eliminados de primera vuelta,

incluido el centrista François Bayrou han apoyado a Hollande, solamente la candidata derechista Marine Le-Pen ha dicho que votará en blanco. La explicación de la derrota de Sarkozy se asocia al desgaste normal del ejercicio del poder, a la crisis interna y al estilo ampuloso en lo interno, pero sumiso frente al poder alemán de la Primera Ministra Ángela Merkel, lo cual evidentemente significa un paso atrás para la imagen de la ‘gran Francia’ heredera de la época de De Gaulle y aún de Mitterand

Existen algunas diferencias evidentes en políticas, frente a los migrantes –Sarkozy ha caído en posiciones cuasi-extremas para seducir a los votantes del Frente Nacional, pero puede generar en reacción un voto de minorías a favor de Hollande-, o el énfasis colocado por el candidato socialista a la educación y a fortalecer la industrialización, sin embargo, la gran pregunta es si efectivamente los socialistas podrán introducir cambios en la orientación de las políticas públicas, especialmente económicas, o por el contrario lo que habrá será continuidad y seguir marchando al ritmo que impone el coloso alemán en lo relativo a los ajustes macroeconómicos y a la continuidad del desmonte de los rezagos de Estado de Bienestar. Todo indica que el gobierno de Hollande no podrá introducir grandes cambio en las políticas macroeconómicas que ha venido jalonando el eje Merkel-Sarkozy –un cambio sustancial significaría colocar en riesgo la existencia de la zona euro y aún más de la propia Unión Europea- .


Lo que se ha generado alrededor del posible triunfo de Hollande es la expectativa acerca de una eventual recuperación de la socialdemocracia europea después de una serie de derrotas en Inglaterra, España, Grecia. Pero al respecto la pregunta es si efectivamente la socialdemocracia cuenta con elementos de política pública que pudieran dar una respuesta adecuada a la crisis económica que viven varias sociedades europeas y todo indica que no.


Después de la crisis de los modelos clásicos de fortalecimiento de los Estados de Bienestar y del auge y fracaso de la llamada ‘tercera vía’ de Tony Blair en Inglaterra, pareciera haberse quedado sin munición. Algunos plantean la necesidad de re-fundar la socialdemocracia con un programa renovado que efectivamente coloque en el centro la vigencia de los derechos económicos y sociales europeos, que considere la necesidad de reformas fiscales que le den a los Estados mayores recursos para adelantar sus políticas, que se fortalezca el proyecto europeo, resaltando que las salidas no están por la vía nacional sino por acuerdos y políticas del conjunto de Europa –compatibilizar las instancias nacionales con las propias de la integración europea-, por supuesto una Europa solidaria y con disposición a colaborar con sus miembros en dificultades transitorias.


La socialdemocracia europea parece estar pagando el costo de simplemente ‘adorar’ los mercados y el capital especulativo que fue un buen responsable de la crisis, y al parecer olvidando sus principios fundacionales como corriente política. Hay grandes dudas que sea el socialismo francés, con Hollande a la cabeza, el capaz de liderar esta recuperación.

Credito
ALEJO VARGAS VELÁSQUEZ

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