Doctas tertulias

Polidoro Villa Hernández

No es solo en foros encopetados donde disertantes de canos y enmarañados cabellos ventilan temas sobre economía, ciencia y política. Conozco y admiro a un grupito de calificados pensionados –coetáneos con más de 525 años de acumulada sapiencia- que aburridos de jugar tresillo, brisca y póquer con apuestas de $50, se dedican ahora a discurrir, programados, sobre asuntos divinos, humanos y pedestres. “Queremos mantener titilando las apáticas neuronas”, dice uno. En su privado cónclave, a veces aceptan un amigo ‘voyeur de la palabra’. ¡Sana rutina!

El martes, el primer punto –poco tratado- giró en torno al precio de la panela y la invasión foránea del producto. Es que el ponente tiene un viejo trapiche en municipio cercano. El segundo, versó sobre “tiempos idos”, tema obligatorio en cada reunión. “Recuerdan -dice ‘T’-, que mi hermano Pacho le dejó una platica a la mujer en la Caja Colombiana de Ahorros y de los intereses ella vivió decorosamente durante años. Ahora, técnicamente, y hagan cálculos, pagamos a los bancos por dejar nuestro dinero en cuentas de ahorro.” Con anotaciones sensatas y jocosas, ‘el muy rentable y frío sector financiero’ fue desollado en ausencia.

Interviene ‘JM’: “Propongo analizar la época en que aún creíamos en las promesas de nuestros líderes políticos, que eran altaneros pero no tan codiciosos. Y también, rememorar la útil tecnología vieja cuando tener máquina de escribir en la casa, Underwood o Remington, le daba a la gente cierta prestancia intelectual.” Sentencia el moderador del día: “Dejemos que pase la posesión presidencial y tocamos eso. Queda en lista.”

Aunque son acomodados, se percibe recurrente en las ‘discusiones’ del grupo el tema de las pensiones: “Mi tía Nancy, taquígrafa, –dice ‘T’- se jubiló en el Ministerio de Correos y Telégrafos, tras treinta y dos años de servicios. Salió conservada y vital, y ayudó a criar y educar sus numerosos sobrinos, yo incluido. ¡Y también asó muchas arepas de mote con chicharrón, que fue su única obsesión amatoria!”.

Agrega ‘F’: Qué será de la gente que recibe la mitad de sus estipendios en insano estrés y salen -hasta sin pensión-, hipertensos, cegatones, obesos, cancerosos, con Alzheimer o Parkinson a soportar inmisericordes colas en las eps, ¿los van a odiar por ser una carga para la sociedad? Y propongo un tema para agosto: He analizado que nuestros nietos, con tantos diplomas encima ganan menos que nosotros que alcanzamos a usar monedas de diez centavos y hasta fincas compramos.”

Las divertidas sesiones se acompañan con bebidas ‘espiritosas’ como aromáticas de manzanilla, yerbabuena y galletas caseras. Curioso oírles citas de Giovanni Papini y Thomas Pynchon, cuyas obras hoy no leería un náufrago en isla desierta.

Las tertulias literarias y musicales escasean. Por eso este grupo, inteligente y educado, hace pensar –por encima del lavado de cerebro de tanto curso motivacional-, que de verdad, todo tiempo pasado pudo haber sido mejor.

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