Alcaldía: Un óptimo candidato

Polidoro Villa Hernández

Volver al pasado solo se ve en películas de ciencia ficción de bajo presupuesto. Pero los ibaguereños, víctimas de cíclicas frustraciones por maquinarias que imponen gobernantes dañinos -muchos, desvergonzados corruptos; otros, deseosos de crear dinastías para eternizarse en cuerpo ajeno; varios, con la miope visión de administrar sólo cuatro años sin proyección futura de ciudad y región; y, algunos, con enfermizo ánimo fiscalista que desearían ponerle tributos al desempleo y al hambre para cultivar frondosa e innecesaria burocracia-, digo, los ibaguereños, aceptarían el antiguo sistema de nombrar “a dedo” un médico, ingeniero, u otro profesional con sensibilidad social, que se hubiera destacado largos años por sus servicios a la comunidad, y no por las acrobacias en el circo de la perversa politiquería.

Los antiguos alcaldes nunca salían esposados del Palacio Municipal hacia el Panóptico. Con pulcra gestión, sin megaproyectos utópicos, sin feria de contratos, ni ególatra despilfarro mediático, dejaban obras, mantenían a Ibagué con adecuada sanidad, limpia, y con los servicios públicos sin privatizar y funcionando.

En ciudades intermedias vecinas, se ven proyectos sencillos hechos realidad que las ornan; campañas de educación ciudadana, orden en el espacio público, una cultura de la movilidad en ascenso; y sinergias entre los sectores público y privado. Y, sí, uno que otro funcionario pícaro.

Desconcierta hoy ver las ciudades saturadas de afiches con rostros inéditos de candidatos ungidos en sanedrines y directorios -simples alfiles de maquinarias que han vuelto negocio el ejercicio democrático-, seres cuyos aportes a la comunidad se desconocen y que ofrecen recalentado menú promesero que jamás cumplirán.

El crucial dilema es: ¿Por quién votar bien? En este enjambre de candidatos, destaca una persona que hace rato la comunidad ibaguereña debería haber propuesto para alcalde e impulsado por unanimidad sin exigirle avales ni respaldos políticos: Leonidas López Herrán. Miembro de una laboriosa familia, este profesional se ha destacado como ejecutivo en diversos ámbitos regionales y nacionales. Nadie puede cuestionar su honestidad, no tiene vicios politiqueros; posee una sólida formación aquí y en el exterior, acredita una larga y laudable trayectoria en la academia y en la empresa privada; y conoce los problemas regionales pues ha dirigido entidades de desarrollo y liderado proyectos para generar progreso.

Comencemos a votar responsablemente: Leonidas López tiene talante y experiencia gerencial, credibilidad en todos los sectores económicos de la región, y eso le da capacidad de convocatoria; y le sobra carácter para hacer respetar su autonomía como alcalde. Votemos por este tolimense que hará una superior gestión, para lograr que Ibagué se destaque nuevamente por su música y potencial económico, y no por los torcidos de malos dirigentes.

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