El curioso caso del magistrado Pretelt

George Wallis

Una de las instituciones de la justicia más respetadas por los colombianos es la Corte Constitucional. Por ello causa desconcierto mayor el escándalo en que se ve envuelta esta corte, con la denuncia sobre supuesto acto de corrupción del Magistrado Jorge Pretelt Chaljub, recientemente designado Presidente de dicha entidad.

La Corte Constitucional es hija directa de la Constitución del 91 y tiene el mismo origen, por tanto de la más garantista de las constituciones que ha conocido Colombia. Jorge Pretelt ha asumido en el pasado posiciones valientes, como cuando la corte falló en contra de las altas pensiones de congresistas y magistrados de las altas cortes. En alguna medida, nunca debemos olvidar esto, Pretelt falló en contra de sus propios intereses y de los intereses del grupo social al cual pertenece.

Una cosa es juzgar a sujetos procesales de oscura trayectoria. Aún así todos se merecen la presunción de inocencia. En el caso presente lo único que podemos hacer los colombianos es dejar que las investigaciones avancen, así dichas investigaciones estén en manos de un juez, la Comisión de Acusaciones de la Cámara, con mucho menos buen nombre que el acusado.

Hechas las aclaraciones anteriores, en favor de la presunción de inocencia de Pretelt, no se resiste uno a mirar las cosas desde el otro lado. ¿Qué tipo de intenciones podría tener un abogado como Víctor Pacheco, el denunciante, para querer dañar a Pretelt?; ¿Al contrario de Pretelt cuál es la trayectoria de Pacheco?; ¿Si, en gracia de discusión, Pretelt de verdad hubiera cometido el ilícito, por qué lo hizo con tanta ingenuidad, sin temer siquiera este tipo de repercusiones contra su honra y la de su familia?...

Aún sin atrevernos a asegurar nada, es conveniente recordar que en la corte misma, una mayoría de votos de 5, contra 4 abstenciones -cosa muy distinta a radicales votos en contra- dio su voto de confianza a Pretelt para que los presida.

También hay que entender el contexto histórico de división de la corte entre unos magistrados que representan al viejo país, que creía que nadie podía tener privilegios en Colombia con excepción de ellos mismos, y el nuevo país, el de las normas de pensiones que no tengan excepciones y que ha defendido Pretelt.

Vale recordar que Pretelt fue autor de la ponencia que indica que las parejas del mismo sexo pueden ‘solemnizar’ su unión, pero no casarse.

También estuvo a cargo de la ponencia que declaró exequible el Marco Jurídico para la paz. ¿A quién, entonces, le interesa el desprestigio de Pretelt?: a un grupo grande de colombianos que quieren poner en entredicho los fallos que afectaron sus pensiones y a media Colombia que no tiene fe en la paz.

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