‘Colombia la más educada’, internet y equidad social

George Wallis

Han pasado ya cuatro décadas desde cuando Peter Drucker escribiera acerca de la ‘Sociedad del conocimiento’. El experto austriaco se refería al exponencial crecimiento de la capacidad de procesar y transmitir información, generada por el desarrollo de los computadores y las tecnologías de telecomunicación.

Es de anotar que por esos días no existía internet, ni celulares, ni redes de divulgación masiva de documentos escritos y audiovisuales de todo tipo, como Wikipedia, Youtube o Netflix, por mencionar solo unos cuantos. Pero gracias a estas innovaciones tecnológicas, la visionaria idea de Drucker es una realidad que se aplica hoy a todos los rincones del planeta.

Esta sociedad del conocimiento es la oportunidad que tiene nuestra civilización de cerrar masivamente la brecha de educación entre ricos y pobres. Para entender mejor esto, devolvámonos en un pequeño tramo de la historia, hace doscientos años. Eran los días del despertar de las ideas, nacidas en el siglo de las luces. Por entonces solo una pequeñísima parte de los neogranadinos, hoy colombianos, tenía mínimas nociones de filosofía, geografía, historia o literatura.

La gran mayoría de compatriotas a duras penas conocería otro libro diferente de la Biblia, y en toda su vida habría visto una imagen clara de Europa o del resto del mundo.

Por supuesto que tampoco sus oídos habrían escuchado la música de otras culturas. Solo un porcentaje minúsculo habría podido ver las urbes europeas y se necesitaba ser un Humboldt o un Sabio Caldas para tener un conocimiento universal.

La realidad, en este mundo post-drucker, es muy diferente. Cualquier colombiano tiene el mismo acceso a la enciclopedia más grande del mundo –Wikipedia-, que los monarcas europeos contemporáneos o los hombres más ricos del planeta.

Pero si comparamos a los dueños del mundo de hace doscientos años con el compatriota raso, este último sale ganando en acceso a la información, base del conocimiento. A diferencia de aquellos, todos los colombianos tienen prácticamente a la mano la posibilidad infinita de conocer las imágenes y sonidos más recónditos del mundo, sin necesidad de largos y agotadores viajes. Cualquier colombiano tiene acceso mucho mayor a la música de Luis XIV, el rey de reyes francés. Todo esto, con millones de posibilidades artísticas y culturales, que nunca dispuso la realeza europea.

Las brechas de la educación, ya no se deben explicar por ausencia de medios (hoy hay millones de libros o maestros disponibles en internet), sino por limitaciones mentales y culturales, que parten de la concepción de sociedades elitistas que debemos transformar.

Ese es el papel del maestro hoy. Recordemos que para la Unesco “el concepto pluralista de sociedades del conocimiento va más allá de la sociedad de la información ya que apunta a transformaciones sociales, culturales y económicas”...

Comentarios