¿Qué hacer con estos criminales de lesa humanidad?

George Wallis

El Estatuto de Roma de la CPI es explícito en ejemplos, pero incluye en esta categoría de crímenes imperdonables e imprescriptibles “cualquier acto inhumano que cause graves sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los sufre”.

Y es implícito en señalar así dichas conductas, siempre cuando “se cometan como parte de un taque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque”. Ningún ‘colombiano de bien’, y puedo referirme a la mayoría de colombianos, cohonestaría con exculpar de lesa humanidad a estos criminales.

Pero, cuando decenas de miles de niños pobres sufren ante la luz pública atentados sistemáticos ‘contra su salud, de manera sistemática y conocida’, uno se pregunta si hay justicia. ¿Qué hacer ante tanta ignominia, ante tantos violadores de derechos humanos fundamentales? ¿Por dónde empezamos?... Difícil decirlo, cuando los políticos crean constantes bombas de humo para nublar nuestro entendimiento.

Complicado ver con claridad, cuando la rabia nos agobia y medio país se indigna por las concesiones a los ‘criminales’ de la guerrilla. Este es el mismo país que se llena de indignación porque ven a los guerrilleros repartiendo propaganda con hombres armados, o porque se pretende legalizar la marihuana, o porque un sicópata asesinó a 20 mujeres en Bogotá. Todos nos indignamos con estas noticias y desde cierto punto de vista moral eso es entendible, pero… la realidad es que somos miopes o estúpidos: ignoramos otros más infames procederes de nuestra sociedad, que pasan impunes ante nuestros ojos.

Quizá debamos dar un orden ético a nuestros juicios. Cuando escribo esto pienso en el estremecedor informe de Juan Gossaín: ‘Se están robando la comida de los estudiantes pobres’ (publicado en el diario El Tiempo del 24 de febrero pasado). En el documento se revela la valiente denuncia de la corrupción sistemática, ante los ojos de muchísimos idiotas útiles, o quizás cómplices directos, en el Programa de Alimentación Escolar en distintas regiones del país.

Este tipo de corrupción política, sin escrúpulo, es la causa primaria de muchos de los males que tanto nos preocupan. Y es que el hambre de los niños, despiadadamente generada por un puñado de colombianos corruptos, ha generado desnutrición, muerte y violencia de todo tipo, ya sea propiciando la insurgencia armada o agravando con su crueldad algunas enfermedades mentales que formaron a sicópatas como el del Cerro de Monserrate o a genocidas como Garavito, el pedófilo asesino.

Esa vil corrupción alimentaria que habría implementado una “mafia política”, según la ministra Gina Parody, tipifica el peor crimen de lesa humanidad y es la madre de muchos otros imperdonables delitos. Fiscalía, Procuraduría y ciudadanos librepensadores deberíamos movilizarnos ya. Castiguemos prioritariamente este crimen multiplicador de delitos de lesa humanidad, antes de alentar debates politiqueros.

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