Las lecciones del youtouber chileno en la cultura del siglo XXI

George Wallis

La reciente Feria del Libro de Bogotá ha estado desde ya marcada por un hito que se vuelve demostrativo de la evolución cultural de la humanidad. Nadie, que yo sepa, tenía entre sus previsiones que el youtuber chileno, Germán Garmendia, quien vino al país para presentar su libro “#ChupaElPerro”, sería el ‘rock-star’ del certamen.

Desde los inicios de nuestra civilización, la palabra escrita había sido el medio predilecto para conservar el pensamiento del hombre, transmitirlo a sus semejantes y preservarlo para la posteridad.

Gracias al poder de la palabra escrita, por ejemplo, conocemos hoy los albores de la cultura de la India, en un libro que tiene más de cinco mil años: el Rig-Veda.

También fue la escritura el medio en que preservamos las ideas de Aristóteles y los filósofos griegos. Y gracias a este medio tecnológico, unido a la tecnología de la imprenta de Gutemberg, la humanidad dio uno de sus mayores saltos adelante.

Pero recién en el último parpadeo de esta larga saga de la humanidad, la tecnología nos ha dotado de medios audiovisuales capaces de transmitir cultura, pensamientos y conocimientos. Estos medios algunas veces logran mayor precisión y objetividad que los medios escritos.

El inicio de ellos fueron el cine y la televisión, que marcaron una nueva época en la difusión, conservación y retroalimentación del pensamiento del hombre y su acontecer histórico.

Pero el surgimiento de la tecnología del Internet, bastante reciente, cumplió con los audiovisuales el mismo papel potenciador de la imprenta con la palabra escrita. Hoy la cultura audiovisual es sin duda más difusiva que los libros y textos impresos.

Respecto a Germán Garmendia, incursionó en esta nueva era de la cultura audiovisual en red, a través del aplicativo Youtube, hace cinco años. El famoso youtuber chileno tiene más de 27 millones de seguidores en su Youtube: “Yo soy Germán”.

Esta audiencia le permite conectarse en un segundo con millones de seguidores de sus pensamientos en todo el mundo. La cifra de personas que Garmendia ha logrado seducir con sus palabras, había tomado muchísimos siglos de difusión, en las obras culminantes de los grandes clásicos griegos.

No voy a comparar la sofisticación del pensamiento de Platón o Sócrates, con Garmendia, ni mi punto es denigrar de la palabra impresa. Pienso que las tecnologías son absolutamente complementarias en el desarrollo sicológico y cultural. La trascendencia histórica del mensaje depende no del medio sino de la fuente, o sea el pensador mismo.

Pero sí puedo afirmar que Internet y su material audiovisual, es el medio más influyente en la difusión de la cultura de este mundo del Siglo XXI, tal como se probó una vez más con este anecdótico episodio de la avalancha ‘garmendista’ en la Filbo.

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