Crónicas de Mauricio Gómez denuncian la corrupción en Ibagué

George Wallis

A la hora de escribir esta columna está ya anunciado el especial del periodista Mauricio Gómez, en CM&. Para quienes hayan visto el especial de esta noche y lean estas líneas este martes en el Nuevo Día, coincidirán conmigo: la corrupción ha aquejado gravemente al Tolima.

¿Pero quién es Mauricio Gómez Escobar?. Pues, Gómez Escobar es hijo de Álvaro Gómez Hurtado, uno de los políticos más brillantes que ha tenido Colombia, a quien la mala sombra de su padre nunca le permitió llegar a ser presidente. A buena hora, Mauricio Gómez decidió alejarse de su karma, el ‘delfinazgo’ político, la otra tentación nacional además de la corrupción. Este singular periodista ha desarrollado su carrera en televisión. Siempre se destacó en el formato de crónica para dar cuenta de sus investigaciones, desde que trabajó en el noticiero 24 Horas, en el cual se recuerdan muchos programas sobre temas ambientales.

Las crónicas de investigación demandan tiempos más o menos largos y por ello desde marzo pasado no habíamos tenido otro capítulo de estas excelentes producciones. Ahora, Gómez dedica sus esfuerzos a denunciar los focos de corrupción y las mafias contra las cuales deberá emprender la mayor cruzada este país, reforzada tras la firma de los acuerdos de paz.

Pero volvamos al tema que Gómez habrá tocado esta noche, de nuestra región. Se trata de un asunto relacionado con la corrupción en los fracasados Juegos Nacionales de Ibagué, cuya cabeza sería el abogado Orlando Arciniegas, quien recién fue capturado ayer, domingo, en la frontera con Ecuador.

Según los reportes judiciales, Arciniegas está sindicado de defraudar los recursos públicos de Ibagué por más de 11.000 millones de pesos en la pasada administración de Luis H. Rodríguez.

De Arciniegas se dice que “solicitó el pago de la suma de dinero correspondiente al 16 por ciento a una empresa para que esta resultara favorecida con un contrato de consultoría por 11.500 millones de pesos. Como consecuencia de lo anterior habría adelantado una serie de maniobras jurídicas en el proceso de contratación para favorecer a dicha empresa.

La justicia, y la ‘inesperada’ elección de Guillermo Alfonso Jaramillo, cambiaron las perspectivas de impunidad de este delito y alertaron a Arciniegas. Al enterarse del proceso en su contra el abogado huyó hacia España, el 15 de febrero pasado. Allá se habría refugiado en casa de sus hijas, quienes residen en ese país.

Pero, en la tarde del sábado Arciniegas decidió, por alguna razón que desconocemos, viajar de Madrid a Quito, Ecuador, con presuntas intenciones de dirigirse a Ibagué por tierra. Fue capturado precisamente en el Puente Internacional de Rumichaca, que une las ciudades de Tulcán en Ecuador e Ipiales en Colombia, gracias a una notificación roja de la Interpol.

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