Jesucristo sana y convierte la vida en servicio

Jairo Yate Ramírez

“Todo el mundo te busca. Él les respondió: Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido” Marcos 1, 29-39.

Jesús de Nazareth nos sorprende con su pedagogía, con su palabra novedosa, con su estilo particular de hacer las cosas, con su personalidad. El poder de Jesús llama mucho la atención, porque ese poder va a acompañado de milagros, curaciones, comprensión, ternura, dolor, acompañamiento, sabiduría, etc.

En la personalidad del maestro de Jerusalén existe el equilibrio genial entre lo que él anuncia, lo que hace y el resultado que espera como aprendizaje de cada uno de nosotros: Lo que él anuncia es el reino de su Padre celestial, (cf. Lucas 8,1); lo que él hace es practicar la misericordia y la caridad con los demás, (cf. Marcos 1,34); el resultado de ese proceso es la conversión de cada persona que se pone al servicio de Dios en el mundo, (cf. Marcos 1, 31).

Jesucristo sabe lo que hace y sabe cómo hacerlo: Aprovecha el momento para educar y formar, “Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.” Ese es un método completo: El Hijo de Dios restaura la vida de cada persona y la convierte en ejemplo y servicio para los demás.

Dios da a cada persona gracias, cualidades, talentos, dones, inteligencia, sabiduría, habilidades; la dificultad aparece cuando muchos no saben cómo administrarlas. Algunos enloquecen, otros convierten esas cualidades en demonios destructores de ellos mismos, otros desperdician, otros se dejan llevar por las influencias de los demás, otros se duermen en los laureles, otros terminan llenos de tesoros, pero vacíos en sus vidas; otro tanto no logra el objetivo porque la soberbia no se lo permite. El método cristiano lleva consigo las cláusulas del maestro: hacer tanto bien, ayudar, sanar, convertir, y a la vez evangelizar con la misma palabra a quien quiera recibirla con fe.

Así lo sintió y lo experimentó el apóstol de los gentiles: “Todo lo hago por el Evangelio”. (1 Corintios 9,23). La sanación de nuestras vidas va en concordancia con la palabra que recibimos y aceptamos definitivamente como presupuesto de nuestra vida espiritual.

Jesús hace tanto bien por la humanidad, porque sabe lo que está haciendo, y lo hace con seguridad pensando en el otro; él mismo lo afirma: “Vamos a otra parte, a los pueblos cercanos para predicar también allá, porque para esto he venido” (Marcos 1, 38).

Jesucristo se convierte en nuestro modelo de: Profeta, apóstol, misionero, Maestro: Él todo lo hace bien. Cuida tu salud: Nunca dejes de servir a los demás; el servicio es la mayor alegría.

Arquidiócesis de Ibagué

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