Quien le cree a Dios no puede vivir mal

Jairo Yate Ramírez

« °°° Un día los apóstoles le dijeron al Señor: «Auméntanos la fe» y él les respondió: «Si la fe que tienen fuera tan grande como un granito de mostaza, le ordenarían a este árbol de morera que se arranque de raíz y se plante en el mar, y les obedecería». °°° La fe cualifica las personas. No es lógico que alguien actúe contrario a lo que cree, a lo que profesa y a lo que piensa. Si llega a suceder, es porque la fe está muerta en esa persona, o su fe no alcanza a tener el tamaño de un granito de mostaza. Lo normal es que toda persona de fe, viva como alguien justo delante de Dios y de sus hermanos; así lo enseña la Sagrada Escritura: El justo vivirá por su fe, (Romanos 1, 17). La fe se expresa en la obras, las obras muestran también la fe. (cf. Santiago 2, 14-17).

Señor, Auméntanos la fe. Es una exclamación tan pequeña, de una profunda significación para el resultado que espera Dios en cada uno de nosotros. Los seguidores del Maestro de Nazareth piden cantidad de fe. El Salvador del mundo exige calidad. No es fácil ser creyente, frente a las crisis que van apareciendo en la vida social y personal. Las injusticias hacen que algunos piensen en un Dios justo. Los escándalos que produce una persona de fe, detienen el pensamiento: ¿Quién justifica esto? El apego a las cosas de este mundo hace tambalear la fe. El Papa Francisco afirma que la mundanidad es un pecado sutil. Con el corazón mundano se puede ir a la iglesia, se puede rezar, se pueden hacer muchas cosas. No necesariamente se está alabando a Dios. Razón tiene el Hijo de Dios al pedir a su padre celestial: que sus discípulos no caigan en la tentación; ya que el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil. (cf. Mateo 26, 41).

La causa primera de la fe es Dios. Sus efectos: hombres y mujeres que aprenden a hacer la voluntad de Dios porque le creen a Dios. Los alcances de la fe se prolongan en el cumplimiento fiel de la ley de Dios. No es un mérito personal. Cumplir lo que Dios propone, es una Gracia de Dios, por el inmenso amor de Dios: nosotros que somos sus siervos “Hemos hecho lo que debíamos hacer”. (Lucas 17, 10). En la fe entran la inteligencia y la voluntad; los actos de fe son actos humanos. Cuando la inteligencia no permite la compañía de la Fe, sigue sin entender aquello que sobrepasa la razón.

La fe sin la caridad, no da frutos. Cuida tu salud: Compórtate siempre de acuerdo a lo que crees.

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